sábado, 19 de abril de 2008

Boda...

-Odio estas cosas…-Decir que las odiaba era poco pero esa no era la verdadera razón por la que intentaba estrangularme con la maldita corbata estilo europea, era toda la situación que me tenía tan tenso. Era bueno actuando bajo presión, ¿De qué otra manera se podrían llevar a cabo los duelos? Pero no era una batalla, era otra clase de presión… una clase mucho peor. Flores, argollas, vestidos bancos, simplemente ese no era mi ambiente. Sin que la ceremonia empezara los nervios ya me traicionaban. Y el finísimo traje Cartiere no me ayudaba.

-¿Quieres tranquilizarte, amigo? Yo te ayudo- Lo hacía parecer tan fácil y por alguna razón el trozo de tela no hizo el mas mínimo intento de atacarlo a él.

-Gracias Brock, no sé que haría sin ti-

-Probablemente arruinarlo todo- Genial, este es el momento preciso para hacer esta clase de bromas, eso ayudara mucho con mi mala imitación de un cascabel

-Ja Ja, Brock que gracioso-

-Es solo una broma, para distraerte un poco-

-Y ha funcionado muy bien, mi mente esta completamente en blanco-

-Wow, ya sabes usar el sarcasmo ¿alguna otra sorpresa que yo deba saber?- Me dijo con una sonrisa burlona cruzando sus brazos frente a mí. Una actitud que el paso de los años no había logrado cambiar.

-Tal vez un repentino ataque de amnesia frente al altar ¿qué te parece?- Le conteste mirando mi irreconocible reflejo en el espejo, tratando de aflojar un poco el nudo que podría jurar trataba de asfixiarme de nuevo.

-No lo tendrás, solo debes caminar directo al altar (si caerte de preferencia), esperar a que el sacerdote te haga la pregunta y tu solo tendrás que responder una palabra, eso será todo-

-Eso espero, todos han trabajado muy duro no quiero arruinarlo- solo sonrió.

-Sin decir que la novia te mataría- en un segundo su atención paso de mi a las risitas femeninas de afuera- iré a ver las damas honor-

-¿No se supone que yo debería hacer eso…?-

-Sí pero tu estas demasiado nervioso, te hare ese favor-

-Solo trata de no escaparte con alguna, Tienes que acompañarme al altar ¿sabes?-

-Todo será muy sencillo - trato de animarme antes de salir de la carpa. Desate el nudo que Bock acababa de hacer, sé que no podre volver a ponerla en su lugar pero realmente odio las corbatas. ¿A qué temperatura estamos? Estoy muriéndome aquí, creo que cuando imaginamos una boda al aire libre jamás pensamos que el día fuera tan caluroso. Y aunque una fría brisa se filtraba por la lona no servía para refrescar el ambiente.

-Lo siento Brock pero esta cosa estaba mata…- Cual fue mi sorpresa al ver que quien había entrado a la
carpa designaron para “el novio y sus acompañantes” no era mi amigo de tantos años, o en realidad si lo era, solo que no fue a quien yo esperaba. La silueta femenina que se dibujo con los haces de el radiante sol dieron un vuelco a mi corazón, esa dócil y sensual figura era inconfundible a mis pupilas o a mis manos serian más correcto decir. Sus mechones cobrizos descendiendo por su rostro y hombros enmarcando la gloriosa sinfonía del verde y azul de sus hermosos y únicos ojos. Rayos ¿Cuánto tiempo había pasado desde que mordí su tersa piel por última vez? ¿dos o tres años? ¿Y sus labios? Tanto tiempo había pasado y aun mis sentidos podían reconocerla al instante con solo vela. La brisa que la empujo dentro término por confirmarme que era ella, arrastrando su perfume natural hasta mi nariz, su inconfundible y provocativo aroma…

-¿Misty?- Me sorprendió que pudiera entender las palabras que escaparon de mi seca garganta, sin saber si debía achacarle el murmullo al calor.

-Hola Ash- Me dijo tan naturalmente como si no fuera un milagro verla ahí… precisamente esa Fecha.

-¿Qué haces aquí?-

-Brock me invito, espero que no te moleste mi presencia aquí- Dijo sin moverse de su lugar permitiéndome observarla detenidamente. El hermoso vestido negro de satín se ajustaba ala perfección a su estilizado cuerpo, dibujando cada curvatura que antes me perteneciera y algunas nuevas deseoso por descubrir. La falda asimétrica dejaba ver sus tornadas piernas que terminaban en unas delicadas sandalias y el provocativo escote del corsé dejaba al desconvierto sus hombros desnudos e insinuaba lo que abría debajo de el, dejando el resto a la imaginación. Mi cuerpo repondría a lo que mis ojos estaban viendo ¿La temperatura seguía subiendo? ¿Y Por que mi boca ya no parecía tan seca como antes?

-No me molesta que estés aquí- le dije con un tono de indiferencia sorprendentemente real mientras obligaba a mi cuerpo a desquitar sus ansias en el estúpido nudo de la corbata. –La ausencia es lo que me molesta-

-No estás hablando en serio ¿verdad?- Levanto una de sus delineadas cejas, incrédula de lo que había dicho, sus deliciosos labios formaron una mueca parecido a una sonrisa burlona al lado derecho de su rostro… Ese gesto… ese gesto me encantaba ¿Por qué demonios mis manos sudan más que antes?

-¿Parece que estoy bromeando?- Dije un poco más desesperado pero sin perder el control peleando con la corbata.

-Deja, yo lo hago- Me dijo después de poner sus manos sobre las mías para apartarlas y jugar un poco con el trozo de tela, aun con los tacones difícilmente alcanzaría mi altura, tan solo llegaba lo suficientemente alto para llegar a mi cuello. No la sentí moverse de su lugar, pero tenerla tan cerca hacia tensar cada musculo de mi cuerpo debajo del traje, mis manos jugueteaban calcando sus silueta sin que ella lo supiera y mis ojos descubrieron el elegante escote de su espalda que terminaba en la parte baja de la cadera. ¿Qué hacia? ¿Trataba de torturarme?

-No puedo creer que estés molesto por eso-

-Me abandonaste-

-Tú no querías casarte conmigo, solo te simplifique las cosas-

-Por supuesto que quería hacerlo- una dulce risa escapo de sus rosados labios encrespando mi piel

-Odio estas corbatas ¿A quién se le ocurrió usar una mascada para un hombre?-

-No creo que vengas a decirme eso ahora ¿Qué haces aquí?-

-Ya te lo dije Brock me invito y vine a ver a uno de mis mejores amigos casarse, por lo menos uno será
feliz- Me dijo terminando de acomodar el nudo y escondiendo el resto debajo del chaleco- o ¿Qué creías?
¿Qué me presentaría aquí para pedirte que abandonaras la ceremonia y huyeras conmigo?- La oferta sonó tan tentadora, huir los dos juntos aunque fuera solo una aventura y después volver a enfrentar mi loco impulso.

-¿Es una oferta?-

-¿Huir con el soltero numero uno del mundo pokemon? Suena interesante, pero creo que debo negarme, no podría arruinarle la boda a la novia. Te veré después ok? –Y dicho esto me dejo solo como la última vez, sin saber si volvería a verla.

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-¿Otro viaje?- me pregunto recostada sobre mi pecho, levanto su rostro dejando ver sus amesurados ojos abiertos y la cortina de seda roja sobre su pecho siendo su espalda la única parte de la piel desnuda que no cubría la sabana.

-Solo serán unos día amor- realmente deseaba que se quedara en esa posición, me encantaba verla así, no había momento alguno que se comparara a esa escena, tan pálida, tan pura, tan bella, tan frágil y venerable… solo después de dejarme amarla en la oscuridad de su habitación, era cuando mis dudas se disiparan y me podría llamar realmente dueño de su corazón.

-Es lo mismo que dijiste a ultima vez, tuvimos que retrasar la boda otros dos meses-

-Es importante, debo echarle un vistazo a la nueva liga antes que los nuevos entrenadores puedan-

-Voy contigo-

-No cariño, tienes que quedarte a ver los detalles de la boda-

-Todo está arreglado Ash, solo falta enviar las nuevas invitaciones con la “verdadera” fecha-

-Escoge la fecha y yo estaré aquí –

-¿Para qué? Para que te vayas ante de la noche de bodas y me dejes sola en la luna de miel…-Me dijo abandonando mis brazos para sentarse en la orilla de la cama, sosteniendo la blanca sabana contra su pecho, abochornada consciente de lo que había pasado entre nosotros, pese a que lleváramos 3 años como pareja y una vida como amigos no se acostumbraba a la idea que fuera yo quien la hubiera introducido a aquel mundo tan irreal para ella. Parecía un ángel bello y perdido que pidiera desesperadamente protección en aquel incitante y extraño lugar. – Casémonos antes…-

-¿Ante de qué?-Pregunte dándole el merecido descanso a mi cuerpo

-Antes de que te vayas, Quiero casarme contigo-

-¿Qué?, pero… ¿Y la boda? No creo que los invitados puedan…-

-Sin invitados, sin familia ni amigos, sin flores, sin vestidos elegantes ni fiesta. Solo tú, yo y nuestros
pokemon- Me dijo tan ilusionada como cuando le entregue el anillo de compromiso-

-No se cariño, Todos van a molestarse-

-Estoy segura que entenderán-

-¿Acaso no confías en mi?-

-Realmente no- Dijo sin rodeos pese a mi cara de asombro- y no me refiero a una infidelidad. Como van las cosas no creo que nuestra boda llegue algún día-

Tome su mejilla y la hice verme a los ojos –Vamos amor, lo que ocurre es que estas nerviosa, eso es todo. Ahora será mejor dormir. Mañana veras las cosas con más claridad y yo debo tomar camino temprano. Buenas noches Mist-
Caí rendido de inmediato aunque podría apostar mi título de Campeón a que escuche un sollozo.
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-Ash…Ash- La voz de Trayce me trajo a la tierra. ¿Cuánto había pasado desde que la ceremonia empezó y me perdí en el pasado? La hermosa novia ya estaba frente al venerable padre que leía un versículo apropiado a la ocasión, todos los padrinos y las damas de honor en su lugar y uno que otro llanto se escuchaban en la majestuosa iglesia. No fue difícil encontrarte en la multitud, nunca fue difil hacerlo, ya fuera en el público de un estadio o detrás de mí en los combates, siempre sabía dónde estabas. Sentada mirando al frente, con un chal sobre tu hombros te hacía ver mucho mas recatada que antes, ni una sombra de llanto en tu rostro. No te permitías hacerlo, jamás llorabas, preferías gritar y tragarte tu orgullo antes de derramar una lagrima ni de felicidad ni de furia, mucho menos de tristeza.

-¿Quién tiene los anillos?-
Esa era mi señal, parece que mi mente estaba demasiado ocupada con la pelirroja para preocuparse por los nerviosos que antes me invadieron.

-Yo – conteste y le pase las dos argollas a Brock, “No te lo dije, Gracias” me dijo silenciosamente en una mirada, para después mirar a la que se convertiría en su esposa, recitar su juramento de amor eterno y desliar la joya por su dedo aun adornado por el anillo de compromiso.

-Yo los declaro marido y mujer. Ahora puedes besar a la novia- declaro el clérigo seguido de un estallido de gritos, silbidos y aplausos. Los novios se apresuraron al pasillo central para salir de la catedral, bajo una lluvia de arroz, al auto decorado que los esperaba afuera. Siguiendo a los novios,” el Padrino” y mi acompañante fuimos los próximos en salir, aunque sentí que preferiste mirar a nuestro amigo en común que si alcanzo la felicidad.

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Corrí lo más rápido que mis pies me lo permitieron. De haber escuchado el mensaje antes de subir al ferry hubiera tomado un jet hasta Ciudad Celeste. Nunca lo hacía ¿Por qué? ¿Por qué rayos apague el celular?.
El centro de la ciudad… Starmie Street, después Gyarados Avenue vuelta a la izquierda y después el parque “Goldeen”… solo unas calle mas, solo unos minutos más, espera por favor…
El deogon… *jadeo* el deogon *jadeo* ya puedo ver el gimnasio, solo unos instantes, solo unos segundos…
-¡¡¡MISTY!!!- empecé a gritar su nombre mucho antes de entrar al gimnasio, por si hubiera salido antes supiera que estaba por llegar, solo unos pasos más… -¡¡¡MISTY!!!
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-“Está llamando al Buzón de Voz de Ash Ketchum, deja tu msj y si tengo tiempo te contestare *bip*- Tiempo es lo que no tienes Ash, al menos para mí. Dijiste que te presentarías ayer… sabes no espere que te disculparas por un mensaje en la contestadora, pero bueno si ese es tu juego, jugare con tus reglas… Te veré aquí en el gimnasio mañana a las 12 del día con un sacerdote y nuestros amigos más cercanos. No sé si escuches este mensaje a tiempo pero no me importa, es tu última oportunidad. Si no te presentas me iré a buscar mi vida… Has detenido mi mundo suficiente tiempo. “

Lo se fue cruel de mi parte hacerlo, yo no era así, podría ser dura, exigente, justa, sincera e incluso Tosca, pero jamás cruel o insensible, pero realmente se sentía bien, muy bien imaginar tu cara al escuchar el mensaje, imaginar lo que sentirías al escuchar mis palabras grabadas en una maquina sin una gota de Dulzura, como era que decías… a si “La dulzura dentro de mí que te enamoro” La que se encerraba muy en el fondo y que raramente mostraba. La que se debatía con mi carácter recio y ferrio por salir. Pues adivina que, después de lo que hiciste mi carácter le gano a tu Dulzura.

-Sé lo que hizo Misty, ¿pero tenias que ser tan Cruel?- Dijo mi hermana atreves de la pantalla de la videollamada- además el se presento-

-Después de que yo me fui-

-Por qué no escucho el mensaje-

-Ese es su problema-

-El está destrozado Mist-

-Yo también pero el puso las reglas del juego y perdió-

-¿Que te sucede? ¡¡¡TU LO AMAS!!!-

-Así es, pero parece que él no lo hace-

-¿Y a donde iras?-

- El archipiélago naranja, jotho, las islas remolino… aun no lo sé, tengo el mundo a mis pies…-

-Misty Si tienes el mundo a tus pies ¿Por qué huyes de el?-
¿Por qué huyo de Ash? ¿o del Mundo? Finalmente no había mucha diferencia. Tenía que encontrarme, ser más que la compañera de… o la hermana de…. O la novia o la aprometida o la ex… tenían que ser yo.
Fue difícil y muy doloroso pero al final lo conseguí, me convertí en una gran maestra acuática y no solo me encontré, renové mi pasión por mi elemento, por los pokemon, por mi familia, por mis amigos… incluso descubrí las pasiones y el amor que era capaz de inspirar pero algo que jamás pensé llegar a descubrir fue lo increíblemente terco que podía ser mi corazón, sin importar a donde fuera mi mente siempre con el.
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-¿Bailas?- una mano extendida frente a mi esperaba mi respuesta, realmente me tomo por sorpresa escuchar ofrecimiento. Después de todo era tradición que el novio bailara con la Madrina luego del primer baile de los nuevos esposos, pero yo no era la madrina, ni siquiera una dama de honor, era una invitada de último momento, una persona a la que le habían hecho un hueco en una fecha tan especial.

-¿Y bien? – En cuanto tome los dedos de mi amigo, la música comenzó a sonar para dar inicio al segundo vals de la noche. 1,2,3 giro…1,2,3giro…

-¿Esto no es poco convencional sabes?-

-Los pasos?, creí que era buen bailarín-

-Me refiero a tu selección de “pareja”-

-Lucí y yo siempre estuvimos destinados uno con el otro-

-“Pareja de baile “Brock- ambos sonreímos divertidos de nuestra extraña conversación

-Bueno nunca hemos sido un trió muy común ¿no te parece?-mi sonrisa se borro tan pronto escuche su repuesta-

-Fuimos… Fuimos un trió poco común-

-Si eso te hace sentir mejorar dilo como quieras- Dijo omitiendo mi mueca de enfado- Además yo era el padrino de su boda, por lo tanto me debías este baile precisamente- llegamos al centro justo cuando se toco la última nota del vals. Finalizamos el baile con la habitual reverencia cuando note la extraña sonrisa que no me estaba dedicando a mi precisamente.

-Bueno señorita, mi esposa debe estarme buscando, además- dijo tomando mi mano derecha y colocándola sobre otra que yacía extendida justo detrás de mi- parece que alguien está esperando para bailar con usted.-
¿De donde apareció? Digo, sabía que estaba bailando con Luci la misma pieza, pero esta acababa de terminar como pudo acercarse tan rápidamente sin que me diera cuenta. El tan solo tomar su mano me dejo pasmada y el no espero a que diera mi consentimiento para bailar. Un simplemente movimiento: jalo de mí hacia él, levanto su mano izquierda con mis dedos aprisionados y su mano derecha directamente al escote de mi espalda.
El sonrojo fue casi instantáneo, toda mi seguridad fingida se agoto en nuestro encuentro dentro de la carpa. Como pude coloque mi mano izquierda sobre su pecho, para evitar una cercanía mayor de nuestros cuerpos. Su mirada se fijo directamente sobre mi cabeza mientras que la mia buscaba auxilio en las otras parejas de baile.

-¿Qué haces aquí?-

-ya te lo dije, Brock me invito-

-¿Cómo te encontró?-

-Fácil, llamo al gimnasio y….-

-Mentirosa- Dijo en tono grave y su mano en mi espalda subió acariciando mi espalda.

-¿Qué haces?-Pregunte indignada

-¿Cómo te encontró?-Repitió la pregunta

-llamo al gimna…- de nuevo en tono grave repitió “mentirosa” y repitió la acción, poniendo un poco de
presión.

-Deja de hacer eso, por favor-

-Deja de mentirme-

-NO TENGO POR QUE MENTIRTE- volvió a hacerlo, esta vez un poco más fuerte. Fue cuando lo sentí, mis piernas empezaban a temblar y mi la piel de mi espalda y cuello estaban encrespadas bajo las suaves caricias que usaba para castigarme. Mi brazo derecho se está entumiendo gracias a la posición y por más que quisiera alejarme el no me lo permitía.

-NO..N-no tengo por qué mentirte-

-No has ido al gimnasio en meses, porque si fuera así nos hubiéramos encontrado desde hace mucho tiempo- ¿Estaba viviendo en el Gimnasio? Tuve que mirarlo, para mi mala suerte el esperaba que lo hiciera pues me encontré directamente con sus bellos ojos almendrados, ¿por que tenían que se de ese color tan cautivante?

-Vi su compromiso anunciado en el periódico, le llame ayer para felicitarlo y me suplico que vinera- Al parecer creyó mi nueva repuesta pues, no hubo movimiento alguno, más que los suaves contoneos de la pieza lenta.

-¿Estás viviendo en el gimnasio?-

-Las preguntas las hago yo… -

-Y las respuestas las doy yo ¿no?-

-ya vas comprendiendo- la presión en mi espalda despareció, guio mis manos hasta sus hombro después tomo mi cintura, Dirigió la nueva canción con lentitud. Para mi sorpresa sabia bailar de manera espectacular No se parecía en nada al Ash que me gustara o no, yo había abandonado.

-¿Por qué te fuiste?- susurro cerca de mi oído rompiendo la poca calma que me quedaba, sus palabras me atravesaron como una daga y sin darme cuenta empecé a llorar derramando con cada lagrima un poco del arrepentimiento de mi decisión y por qué no, de mi maldita debilidad por romperme frente a el.

-Ahora sé porque nunca lloras, las lagrimas no te quedan-Mordí mi labio lo más fuerte que pude para callar los sollozos que subían por mi garganta y rogué en silencio, porque no me tocara de nuevo, por dejar de oír su voz y por las fuerzas para no desmoronarme en sus brazos cuando sentí que apoyaba su frente sobre mi fleco-
¿Por qué te fuiste?-

-Necesitaba crecer, necesitaba saber…-

-¿Saber qué?-

-Saber porque siempre estuve dispuesta a seguirte y esperarte-

-¿No era porque me amabas?-

-Yo…no lo sé…-

-¿Ya no me amabas?- dijo dulcemente como si deseara compartir mi dolor ¿Realmente era Ash?

-No lo sé, no sé si aun te amo-

-¿Entonces, porque bailas conmigo?-

-Me gusta la música, me recuerda a tiempos mejores-

-A mi también… Desearía que fuera eterna-

-¿Por qué?

-por que… No puedo…- su voz grave titubeo y una nueva lagrima se unió a las mías.

-¿No puedes qué?-

-No puedo… No quiero dejarte ir… no voy a dejarte ir.- ¿Y acaso yo lo deseaba? me rompía el corazón cada vez que se alejaba, que me dejaba sola, dolía tanto como la primera vez y sabia que se repetiría una y otra vez, pero ahora ¿desea que me dejara ir?

-Eso no depende de ti Ash.-

-Lo sé- El movimiento seso completamente. En medio de la pista el resto de las parejas danzaban a nuestro alrededor. No sé quien se detuvo primero y creo que no importa, ambos necesitábamos de ese suave gesto, necesitábamos el uno del otro. Sentirnos tan cerca que fuéramos uno solo, al menos antes de separarnos para siempre.
Cuanto se podría transmitir en un abrazo tan intenso. No recordaba cuanto lo extrañaba, cuan segura me sentía con sus brazos rodeándome. Sostenía mi cabeza sobre su hombro, tan cerca de la suya que nuestras lágrimas volvieron a unirse. Escondí mi rostro es su hombro deseando escuchar lo que tanto tiempo, en mi dulce infancia y mi adolescencia, soné que saliera de sus labios, deseaba escucharlo de nuevo…

-¿Misty?-Susurro mi nombre cerca de mi oído.

-¿Si?-

-¿Te casarías conmigo?-

-¿Por qué tardaste tanto en preguntármelo?-
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Uno de mis primeros Fic, es extraño, lo se.