sábado, 12 de abril de 2008

Incondcional

Un simple sobre captaba la atención de los tres ocupantes de la ostentosa oficina. No parecía un sobre especial a simple vista, blanco, sin rotular, tamaño estándar, sencillamente posado sobre el fino escritorio de caoba, esperando a revelar la información que cambiaria la vida del joven de ojos almendrados.

-Sr Ketchum ¿Desea que prosiga?-

-Si, por favor-


El hombre al otro lado del escritorio tomo el abre cartas de plata y rasgo la solapa del sobre con cuidado de no romper el trozo de papel en su interior. Una hoja membretada con el logotipo de un laboratorio especializado, un nombre y una respuesta…

-Es positivo señor ketchum-

Soltó la mano aferrada a la de su compañera después de escuchar el resultado. Las palabras relajaron al hombre morocho como si le quitaran el peso del mundo de sus hombros pero su satisfacción duro solo un instante, había ganado la primara batlla pero aun faltaba ganar la guerra.

-¿Eso significa que podemos seguir adelante…?-

-Así es, ahora podemos proceder con la demanda, si es que aun desea hacerlo-


-Por supuesto-

-De acuerdo, solo pediré una fecha para la audiencia, si me permiten un momento-

El abogado rodeo su bufete de madera y salio por la puerta dejando solo a su cliente y a su bella acompañante. El chico se dejo caer en el respaldo de su asiento saboreando su victoria momentánea mientras la castaña se le acerco abrazándolo detrás suyo

-Ash estoy tan feliz por ti-

-Yo también- contesto tomando los brazos que cruzaban su cuello –Pero ahora el camino será cuesta arriba…-

-No te preocupes todo saldrá bien. Ya lo veras-

-Eso espero-

El canoso abogado entro de nuevo al despacho revisando los papeles que sostenía frente a así, busco entre los adornados cajones de madera, tomo un sobre más pequeño que el anterior, hecho un ultimo vistazo e introdujo los documentos dentro. Lo sello y garabateo algunas instrucciones antes de entregárselas al Maestro pokemon.

-Sera el mismo procedimiento de la demanda anterior. Imagino que usted podrá hacerle llegar el citatorio a la “otra parte involucrada”-

-Claro-

-Bien, entonces algunos de los socios lo verán en la audiencia, mucha suerte-

-Muchas gracias-

Se despidió con un apretón de manos antes de salir del la oficina acompañada de una palmada de hombro y una mirada paternal se escapo de la cansada mirada del antaño hombre de traje que sabia por todo lo que había pasado e imaginaba el duro trayecto que al joven aun le faltaba por recorrer. Camino por el largo pasillo que conducían las otras oficinas del buffet, Hacia mas de un año que caminaba por esa senda tan familiar, una, dos o hasta tres veces por semana. Definitivamente La liga contaba con el mejor departamento Legal de todo Kantho y tratándose de su campeón no repararía en gastos.
Estaba cansado, exhausto de seguir esa ruta de puertas interminables, papeleos y alegatos sin fin. Creía que todo le seria más fácil habiendo llegado a donde estaba, mas fácil y menos doloroso, tal vez dejar las cosas como estaban pero su propio orgullo herido no se lo permitía, no dejaría que la burocracia le facilitara las cosas a esa traicionera.

Llegaron hasta la recepción del edificio que estaba completamente vacía a excepción de la telefonista y de una pequeña niña que pintaba sobre un cuaderno de dibujo.
Tendría 3 años o tal vez menos, su cabello rosado recogido en dos diminutas coletas, con grandes ojos verdes y de tez increíblemente blanca. Sentada en una mesa para infantes ponía especial empeño en su trabajo, eligiendo cada color con cuidado, mirando y escogiendo el lugar adecuado para imprimir la tonalidad deseada, sabiendo que un solo error, por más pequeño que fuera arruinaría el trabajo que por más de dos horas le tomo hacer. De pronto todo parecía ser mas simple, sin complicaciones, si esa pequeña criatura podía tomarse en serio un dibujo, el papeleo seria un juego de niños.

- ¿Estas lista hermosa?-

-!!Papi!!-


Arrojo la silla y rodeo la mesa en miniatura para saltar a los brazos del hombre, que sabía, era la adoración desde el día que nació. Rodeo su cuello y escondió su diminuto rostro en el nacimiento del los desordenados mechones negros de su padre aspirando el su aroma natural de canela, como si esta acción le diera la certeza de que realmente se tratara de el. Apretó lo mas que pudo con toda la fuerza que sus cortos brazos le permitían y beso su áspero mentón esperando una retribución tan efusiva de parte de su progenitor. Un beso en su frente y una alegre sonrisa bastaba para ella.

- ¿Te divertiste cariño?-

-Este lugar es muy aburrido, tuve que pintar con solo estos colores-
Dijo indignada levantando 4 dedos frente a el.

-Lo se, pero en casa tienes una caja llena de colores, la próxima vez podras traerlos y terminar tu dibujo Que te parece?-

-Dijiste que no volveríamos a venir-

-Lo siento cariño, se que te lo prometí pero son cosas del trabajo de papa, ya se ¿Te gustaría ir por un helado?


-!!Si!! ¿Solo tu y yo?-

-May también nos acompaña, Seria muy descortés no invitarla a comer helado con nosotros-

El joven giro un poco mostrando a su acompañante para que la niña la viera. Por lo general no le gustaba interrumpir los encuentros padre e hija, además de que pese a que tenia un hermano mucho menor a ella jamás supo como comportarse frente a niños pequeños, mucho menos a los que abiertamente mostraban su desagrado por ella.
La peli rosa la miro por encima del hombro de su padre para después volverse a esconder en su cuello.

-Quiero irme a casa-

-Samanta…-

-Déjalo Ash, Sami debe estar cansada, es normal que quiera ir a casa-
un murmullo salió casi inaudible del cello del joven

-Sam-

- ¿Dijiste algo nena?-


-Sam- Le contesto con voz melancólica y molesta aun dándole la espalda y sin la intención de cambiar de posición en los brazos de su padre -Me llamo Sam, Solo mama me puede llamar Sami y no me gusta que me llamen nena-

-Sí, Sam, Lo siento mucho- Se disculpo la coordinadora algo avergonzada por la reprimenda de la infante.

-Sam por favor, busca tus cosas para irnos-

La niña bajo de los brazos del moreno, aliso du vestido amarrillo pálido y con toda tranquilidad camino a recoger su libro y su mochila, evitando la mirada de reproche de su padre

-Realmente lo siento May, no sé qué le pasa-

-Yo puedo imaginármelo, Ash, pero eso no importa ella es muy pequeña, es una lástima que traten de envenenarla tan joven-

-Lo sé-
suspiro observando a su hija que tarareaba una dulce melodía infantil –Eso esta afectándola mucho-

-Tranquilo esta a punto de terminar- Se acerco y ante la mirada horrorizada de la niña planto un beso en los labios del entrenador –Nos vemos mañana-

Dicho esto se alejo para salir por las puertas giratorias que conducían a la calle, no sin antes dar una mirada furtiva para confirmar su venganza contra una pequeña de 4 años.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

El camino era largo y en la noche se volvía casi mortificante, los mismos senderos que antes le parecían gloriosos hoy se había vuelto su peor maldición, pero la única manera de llegar hasta el gimnasio de ciudad Celeste. No lograba entender como si había dejado de ser la líder, se aferraba a vivir ahí en lugar de la ciudad.

Aparco su vehículo todo terreno frente a una modesta entrada detrás del edificio en forma de carrusel, que ignorando al enorme pokemon foca que sobresalía del techo daría la impresión de ser una casita campestre, muy al estilo de pueblo Paleta.
Tomo con cuidado a su hija que dormía en el asiento trasero la envolvió en su vieja chaqueta azul.
No hubo la necesidad de tocar a la puerta, esta se abrió apenas se acerco con la niña en brazos mostrando a una muy joven madre preocupada. Pese a la hora aun no tenia puesta su ropa de cama, al contrario usaba unos jeans y una blusa blanca sin mangas, el cabello rojizo suelto y un relicario adornando su cuello. Ash trato de disimular su impresión al verla, le parecía tan bella que le dolía, odiaba que fuera hermosa y que al contrario de lo que le pasaba a él, no parecía envejecer prematuramente, parecía fresca y renovada, aun conservaba las facciones infantiles de las que se enamoro cundo niños y la torneada figura que lo enloquecía de adolecente, pero para su desgracia o suerte, aun no lo decidía, aun sentía el dolor de las heridas que lo habían hecho madurar de golpe y que por supuesto ella era culpable.

-Es muy tarde Ash- le escucho decir al entrar por el hueco de la puerta –Sabes que mañana tiene escuela-

-Buenas noches-

-¿Por que siempre haces esto? Dame, yo la subo a su habitación-

La tomo en brazos antes de escuchar la silenciosa queja del joven. Ambos lo sentían por igual, en el momento en que la pequeña dejara los brazos de alguno de sus padres su tiempo se había terminado empezando con la custodia del otro.

Misty se perdió entre la oscuridad escalera arriba dejando al chico solo en la casi vacía estancia. Miro detenidamente el hueco debajo de la ventana, la silueta dibujada de un sofá que no había, el primer mueble que entro a la casa que habían prometido, sería su hogar; el primer mueble que eligieron juntos después de pasar horas y horas en tiendas departamentales; el mueble donde pasaron su primera noche como marido y mujer y claro, el lugar donde, esa misma noche fue concebida Sam
Observo detenidamente el cuarto semivacío, no era necesario haber estado allí antes pera saber la cantidad de objetos que faltaban en la decoración (Y que ahora yacían arrumbados en su departamento) ¿Por que no había re decorado después de tanto tiempo? Tal vez su planes seria simplemente remplazar los espacios con cosas nuevas, era algo muy suyo, para que recurrir a lo que tienes si puedes buscarte algo nuevo.

Escucho uno pasos bajar de la escalera, seguido por la aparición de una muy sorprendida pelirroja.

-Oh, Creí que ya te habías ido-

Era de esperarse su reacción, por lo general no esperaba a despedirse de ella, cumplía con dejara a la niña sana y salva en lo que se había convertido en el lumbral de territorio neutro, para después retirarse en ocasiones sin cruzar alguna palabra con La madre de su hija

-Hay algo importante que debo decirte.-

- ¿Paso algo con Sami? Lamento si se porto mal-

-No, no es eso aunque te agradecería que dejaras de ponerla en contra de May-

-Yo no la pongo en su contra, ella actúa según lo que ve. Si no le agrada May no es mi culpa-

-No vengo a discutir eso Misty
- Extendió la mano ofreciéndole el sobre abierto para que lo tomara- Hoy fui a recoger unos resultados-

-¿Resultados? ¿De qué?-

-Paternidad. ADN-

-!!¿Qué?!! ¿Cómo te atreviste?-
Grito estrujando el sobre entre sus dedos.

-Necesitaba comprobarlo- dijo en tono burlón levantando una ceja- ¿Que no piensas verlos?-

-No necesito hacerlo.- contesto indignada devolviéndole el sobre tal y como se lo entrego -Sin importar lo que pienses, solo tú puedes ser el padre de Samanta.-

Ash la observo por un instante, tratando de leer el pálido rostro de la joven buscando algo que disuadiera sus temores por lo que estaba a punto de hacer. Solo pudo ver su sufrimiento reflejado en los únicos fulgurantes ojos azul-verde que jamás hubiera conocido. No lo dudo mas, extendió nuevamente la mano, esta vez ofreciendo un sobre cerrado y mimbreado con un escudo judicial.

-¿Y ahora Qué?- pregunto identificando inmediatamente la balanza dibujada en el sobre- Creí que habíamos acabado con el papeleo cuando firme la carta del divorcio-

-Se trata de… otra cosa- dijo en tono severo al observar como el verde de sus ojos era dominado por el tono azulado al leer la citación de la corte y la causa de esta

-no, No, NO ¡¡NO!! ¡¡TÚ NO PUEDES HACER ESTO!!-

-Claro que puedo, soy su padre y tengo derecho de asegurarme que mi hija sea criada de la mejor manera posible-

-¡¡y piensas que la mejor manera es alejarla de su madre!!-

-Es mejor a que siga viendo el ejemplo de su madre y ¡¡SU AMANTE!! –

-Ash, por favor entiende…-

-No tengo nada que entender-
desvió la mirada antes de que sus propios sentimientos lo traicionaran –Estas enterada, es oficial así que debes presentarte al juzgado-

Y dicho esto salió de la casa, dejando a su ex esposa, ex compañera de aventuras, ex mentora y a su ex amiga llorando desconsolada en el piso de la vacia sala de estar.