jueves, 29 de mayo de 2008

Rose D'ivore II

Bueno aqui les dejo el capitulo dos, por favor no me maten, esto es necesario para el resto de la historia.
De nuevo reitero... Aunque me torturen soy Pokeshipper y odio a May.
PD: algunas palabras dificiles....
aguar---> Es una maleta donde se colocaban los articulos personales antes.
bisutería--->Joyeria, piedras semi preciosas o Fanacia.
enardecedor--->Sugestivo.
inherente---> Natural.

Y bien si no se los dije antes Azami es es el nombre de Lucy y Yamato es el nombre de Jessie.
Bueno creo que eso es todo.

Capitulo II

Se miro en el enorme espejo de plata, inspeccionando nuevamente cada detalle en su rostro, finamente maquillado, el delgado delineado de sus ojos y el insinuante brillo en sus labios. Tomo uno de los pequeños risos castaños y lo reacomodo en el rodete alto que su dama de compañía tejía. Aun era inusualmente temprano cuando la señorita de la casa pidió que se le preparara el baño para asearse y su aguar para su arreglo. Miraba en el reflejo uno de sus vestidos más elegantes que esperaba recostado en su cama junto a sus zapatillas, bisutería y abanico a juego, preguntándose si sería lo más adecuado para aquella ocasión o algo mas “enardecedor” le sentaría mejor. El refresco de la mañana chocaba con el sofocante aire cálido dentro de la alcoba, sin la menor oportunidad de arrastrar consigo el olor conjugado del enardecido carbón donde se enrojecía la pinza y el aroma del cabello quemado.

-Yamato, Por Dios, te cuidado con lo que haces- dijo soltando el cairel, retirando la mano que el ardiente metal roso apunto de quemar.

-Mis disculpas niña- dijo apenada reverenciando a su ama –por favor perdoné mi torpeza.

-No importa ya, solo acaba por favor-
bostezo aburrida sin siquiera prestar atención a las palabras de su criada quien con premura retomo el tejido acatando las ordenes antes de que su poca paciencia le ganara nuevos azotes.

El trinar de las golondrinas que despertaban se colaba por el balcón cerrado, molestando más que deleitando los pensamientos de la chica burguesa que volaban lejos de allí, fuera de la casa de sus padres, pensamientos indecentes y completamente inapropiados que ocupaban un rincón escondido en su mente, evocando la sensación del húmedo aliento masculino en su piel, el agonizante rose de la caricia que se extendía por el trecho de su mejilla hasta sus hombros y sus manos desatando los intricados listones de su vestido mientras esperaba el anhelado sabor de sus labios sobre los suyos bajo aquel Sauce, una cálida tarde de abril…

El gorgojeo paro de golpe, inundando la habitación de silencio. Se miro una vez más , casi perfecta, espero a que algún sonido se produjera. Nada.

-Yamato, ve con Musashi y pídele que pula mi gargantilla-

-P-pero ya están pulidas señorita-

-Entonces que haga lo mismo con los brazaletes y los pendientes-

-Todo está recién pulido, mi lady, pero si gusta yo podría….


-No me importa lo que hagas…Solo retírate por favor-

-Señorita pero aun no se ha vestido…-

-¡¡HE DICHO QUE SALGAS DE AQUÍ, AHORA LARGO!!-

-Si my lady-
repitió la reverencia y sin levantar la cabeza salió por la puerta cerrándola detrás de ella.

Escucho los pasos desaparecer por el pasillo, esperando un poco por si su terca doncella decidía regresar. Giro el oxidado seguro de la astillada puerta encerrándose, giro sobre sus talones y asegurando la cintilla de su bata corrió a las puertas de cristal que conducían al vacio después del balcón, abriéndolas de par en par.
No salió, no tuvo la necesidad pues su meta distanciaba mucho a salir al húmedo ambiente causado por el roció, su verdadero propósito era dejar entrar a la sombra que esperaba impasible en el balcón.

-Buena mañana tenga mi lord-

-lo es ahora que deleito mi mirada con su presencia, señora mía-

-presencia que se ha vuelto casi espectral, a causa suya, caballero-

- ¿Tan así es que tengo ese efecto con aparecerme frente a usted?-

-no sea pretencioso, que por lo contrario me has causado un susto de muerte-
miro al intruso con una sonrisa de satisfacción y con total elegancia en sus movimientos tomo asiento al borde de la colcha de seda acariciando los detalles bordados sobre su vestido -Yamato estuvo a punto de encontrarte-

-Pero no lo ha logrado…-

-Esto es demasiado temerario. Sabes lo que pasaria si te encontraran aqui. ¿Por qué no has solicitado una audiencia a mi padre?

-Mis padres no firmarán el contrato matrimonial hasta después de la boda de Shigeru,
no me parece conveniente presentarme oficialmente antes-

-Hoy es el gran día ¿no es así? Te imaginaba compartiendo la euforia que invade a tu hermano por "su" llegada -

-entonces es correcto intuir que tu singular arreglo es ajeno a mi vista-

-Me temo que tu intuición es de lo más acertada, mi madre me ha pedido que la releve de sus responsabilidades en un importante acontecimiento Familiar.-

-Pues serán afortunados los presentes que te admiren
- dijo tomando su mano invitándole a levantarse y a mantenerse frente a él- aunque te prefiero mas inherente- paso sus manos por encima de su cuello y libero su cabello en una lluvia parda.

-¡¡¡SATOSHI!!!-

-no hay nada mas incitante que la lluvia sobre tu cuello, Haruka-
se perdió en el intenso azul de sus ojos, tan terrenal, tan salvaje e inhóspito, tan acorde al indómito cuerpo que se envolvía en el lino sujeto solo por una tira de tela a su cintura.

- E imagino porque, dudo mucho que las doncellas que visitas puedan sostener su peinado entre las sabanas-

-Mis entretenimientos nunca han sido un secreto para ti-

-¿Entretenimientos?-
dijo disfrutando la relajante sensación casi hipnotizante que le causaba el rose del reverso de su mano sobre su mejilla.

-Solo una diversión, hasta que el momento llegue… -

Probo los labios entre abiertos que le rogaban silenciosamente hacerlos suyos, ofreciéndose totalmente. Saboreo la vitalidad que le exigía profundizar las caricias que empezaron a recórrela por debajo la tela. Caricias de Deseo, ansiedad y lujuria, caricias experimentadas, certeras, justas, dedicadas a complacer la piel que se estremecía bajo sus manos. Sus dedos deslizándose por la orilla del encaje de la única prenda que cubría su dorso, el Corsé que ceñía la escultural figura de toda señorita de sociedad, rosando cruelmente la curva de piel desnuda que debería ser cubierta por un escote, mientras su peso reposaba en el brazo que sostenía su cintura y mantenía fuera del camino los pliegues inútiles del lino. Sus labios siguiendo el compas de sus movimientos, incitándolo a mas, aumentando la intimidad de su unión, una demanda ajena a la inexperiencia que ella aun debería poseer, pero no haciendo menos tentadores y placenteros sus deseos. La única por la que sentía esa unión especial, la única honesta en un mundo en el que todos fingen, donde juegan a interpretar papeles y roles, donde el protocolo y las buenas costumbres son más importantes que la verdad y la justicia, ella era la única que podría hacerlo enloquecer en el arte en el que era maestro…

-Cuando el momento llegue… ¿lo prometes?-susurro en los etéreos labios que la disfrutaban – ¿no habrá ninguna más?-

-Ninguna otra, solo tu…-

-Me rindo ante tus promesas y cedo ante tus palabras pero si me traicionas y la letal mano de la tristeza me embargara, moriré acusándote de mi muerte-

Las caricias diáfanas pararon en seco. Aquel juramento le helo el cuerpo hasta los huesos y sus venas sentían el frio paso de su sangre, volvió a mirar con demencia los ojos azules que lo hicieron preso desde la primera vez que lo vieron en su temprana infancia, arrasando con su alma desde ese entonces y también con su razón, volviéndola objeto de su adoración, y probablemente la única dueña de su fidelidad total.

-Y yo juro ante Dios, señora, que moriré antes de que alguna de mis acciones pueda herirla de cualquier forma-

-Entonces hasta que el momento llegue- Se alejo sin apartar la mirada de los ojos almendrados que vigilaban sus pasos. Cerro los pliegues de lino a su alrededor y reacomodo un poco el ondulado despliegue de hilos marones, intentado mostrar una apariencia recatada y retomando el bajo perfil que su alcurnia le exigía

-My lady-
se poso ante sus pies como haría un súbdito ante su rey (o reina) y beso el dorado dorso de su mano, en un gesto tan lleno de pasión como lo hizo antes para retroceder por el senderó que había seguido para entrar.

- ¿Hacia dónde te diriges?-

-Hay cosas que una dama no debe saber-
dijo desde la decorada baranda de piedra y concreto antes de saltar al vacío y que el galope del caballo se perdiera por el sendero empedrado.

Con calma se encamino a la única salida resguardada de la alcoba, terminando con su encierro auto impuesto. Empujo el chillante trozo de madera, dejando entrar a la doncella que esperaba obedientemente del otro lado.

-¿Señorita Haruka?-

-Date prisa-
dijo retomando el lugar frente al espejo plateado- debo estar lista para recibir a nuestra visita.-

Se acerco tomando el objeto al rojo vivo y nuevamente retomo las uniones en el cabello visiblemente enmarañado de su ama para rehacer el tejido.

-¿Y cómo es él?- pregunto sin alguna clase de decoro o pudor.

-Es solo el hermano menor de los Sekai

martes, 27 de mayo de 2008

Incondicional III

Cicatrises y recuerdos.
(Parte I)

El pequeño vestido subía para bajar lentamente al compas de los suaves saltos que la niña había convertido en juego para pasar el tiempo, usando los azulejos de mármol como un tablero gigante, era ella una pieza de ajedrez que debía llegar hasta el otro lado sin pisar una sola de las líneas que se cruzaban por su camino hasta llegar a su meta: su joven guardián de cabellos castaños.

El la observaba sin perder detalle de cada uno de sus infantiles movimientos listo para actuar en caso de un tropiezo o un desliz. La miraba saltar de un lugar a otro, maravillado por lo encantadora que se veía en ese vestido azul pálido, casi de la tonalidad de sus ojos. Se irguió un poco en el sillón de la sala de espera tomando una posición mucho mas cómoda. Descanso su barbilla en la palma de su mano, recargando su codo en el brasero del mueble y se dispuso a hacer algo que ya era natural en su profesión: Se dedico a observar. La examino de pies a cabeza como lo había echo ya un millón de veces, su pequeño talle y diminuta estatura, su perfil, pese a su corta edad, tan bien definido, la nariz respingada, largas pestañas que enmarcaban su inocente mirada, mejillas que parecían estar sonrojadas constantemente y una boca perfectamente delineada. No le quedaba ninguna duda, con el paso del tiempo se convertiría en una hermosa mujer. Y sin duda sabía que dichos rasgos se los debía expresamente a su madre… a su bella madre.

Como científico la experiencia le decía que las características que definían a un individuo eran reflejados de los propios de sus padres, aunque a veces le gustaba divagar imaginando los suyos mismos en aquella criatura que no compartía ninguna compatibilidad genética con él: Su curiosidad innata por lo desconocido, la seguridad que demostraba en si misma, la madurez temprana que mostraba a veces, su carácter independiente, incluso su terquedad… Aunque aquello podría atribuírselo también a su madre… su madre… -Misty – su nombre salió de sus labios instintivamente en forma de susurro, tenía un efecto refrescante y serenador en el. Decir su nombre ya se había vuelto una necesidad para su cuerpo tanto como respirar y su imagen permanecía grabada, imperturbable en su mente: su silueta emergiendo del agua, tan pura como las pequeñas perlas traslucidas descendiendo por su cabello húmedo perdiéndose en las olas que aun cubrían parte de su cuerpo, insinuando bajo ellas las curvas que se perdían en la profundidad de la piscina… y su pálida piel resplandeciente del que emanaba un perfume divino… sutil… dulce… embriagante…. Le era imposible pensar en ella con la mente de un científico, que fuera simplemente un objeto de investigación, incluso pensar como su amigo ya le era casi imposible… después de todo había sido eso en parte lo que desato el gran problema que ahora separaba a la familia de la pequeña niña que saltaba entre los azulejos de mármol.

-Tio Gary ¡¡mirame!! Estoy a punto de llegar-

-Es un gran salto, no se si sea buena idea…-

-Yo se que puedo-
dio un paso atrás para tomar impulso y con toda las fuerza que le dieron sus piernitas se lanzo directo a los brazos del chico que la esperaba sentado en el sofá.

-Me sorprendes cada día mas Sami-

-Te dije que podría hacerlo- dijo tratando de recobrar el aliento, soltó sus brazos para aferrarse a su cuello esperando recibir el reconocimiento que sus gran Azaña merecía.

-Ya eres una niña muy grande y cada día creses más- dijo devolviendo el abrazo de la niña que a esas alturas ya era su completa adoración. La miro directo a los ojos esperando ver los bellísimos ojos azules que parecían brillar al verse reflejados en ellos. Unió su frente a la de ella causándole cosquillas a la chiquilla.

-Me haces cosquillas Tio Gary- dijo entre risas incontrolables, tratando de apartar el cabello que le causaban la eufórica sensación, una de sus manos se deslizo por debajo del fleco descubriendo una zona abultada que parecía seguir una línea recta. -¿Qué es esto?- pregunto con curiosidad, bajo sus pies para colocarlos firmemente en el suelo entre las piernas del joven investigador y levanto el cabello que cubría su reciente hallazgo para mirarlo más de cerca.

-Eso…- Dijo mirando en dirección a su frente lo que la pequeña señalaba –es una cicatriz-

-¿Y para que sirve?-

-¿Servir?-Sonrió ante la ingenua pregunta- No sirve para nada, es una marca… de una vieja herida-

-Y ¿Te duele?- Dijo apartando la mano que acariciaba la herida con curiosidad, como si esta se hubiera abierto de repente.

-No.. ya no, porque la herida ya sano.-

-Entonces ¿Por qué la tienes?-

-Las cicatrices no desaparecen… Se quedan donde están para recordarnos donde estaba la herida-

-Se quedan como un recuerdo-
Su comparación tomo desprevenido al chico, le sorprendió la manera tan sencilla, franca y práctica con que describió su cicatriz… un recuerdo, las cicatrices casi siempre van acompañadas de recuerdos…no todas de buenos recuerdos y no todas las cicatrices son heridas cerradas ni todas están en la piel.

Las puerta del juzgado se abrieron de par en par, siendo La pelirroja la primera en salir en dirección a su hija. Antes de que esta le contara lo que acababa de aprender, Misty la levanto en sus brazos y la acomodo contra su pecho. Se mantuvo quieta, inerte dando le la espalda al resto de las personas que habían salido ya del estrado. Gary supo por la manera en que Misty sostenía a su hija que las cosas no habían salido bien. Volteo con cuidado para examinar la actitud de Ash, quien era abordado por la coordinadora con un gran beso en su mejilla sin dejar de ver las acciones de la medre de su hija

-Cariño, ¿Adivina que?-Le dijo bajándola al suelo y arrodillándose para poder estar a su altura –Pasaras unas vacaciones donde la abuela-

-¿Con la abuela? ¡¡Qué bien!! ¿Pero porque? Aun no es verano…-

-Lo se pero mama tendrá que salir de viaje unos días me temo que no podrás acompañarme…-

-¿No vendrás conmigo?-
Su madre negó con la cabeza, escondiendo tras su cabello la mirada húmeda que no tardaría pronto en dejar salir el llanto que le causaba el tener que alejarse de ella.

-Pero podrás ver a pikachu y visitaras al abuelo, estoy seguro que te dejara jugar con todos los pokemon que tu quieras- Intervino una voz detrás de su madre, relevándola de su explicación evitando que la niña escuchara su voz quebrándose.

-¿En verdad? Que bien…mami no estés triste porque no puedes venir, tomare muchas fotos para que veas todo lo que la abuela y yo aremos- Dijo abrasándola tratando de aliviar a su apesumbrada madre quien inmediatamente la envolvió en sus brazos.

-Lo siento señorita WaterFlower, soy de Servicios sociales y por orden de la corte me debo llevar a su hija-

-¿Puedo acompañarla? Para que no viaje sola-

La recién llegada negó con la cabeza –Me temo que si las dos partes no están de acuerdo será imposible-

Misty se levanto con su hija en brazos y miro a Ash que aun estaba enredado en los brazos de la castaña buscando alguna clase de apoyo o aprobación. El odiaba esa mirada de desesperación que en los últimos meses se apoderaba de los irises verdes marinos que aun no dejaba de amar, odiaba que lo mirara y aun mas odiaba cuando no lo hacía. No podía sostener aquella mirada tan llena de ternura y de pena, nunca pudo hacerlo pero su orgullo le impedía ceder un solo ápice del terreno ganado a su favor, sentía que si daba un paso hacia atrás no podría volver avanzar. Prefirió evitar cualquier clase de contacto con ella, simplemente decidio desviar la mirada hacia el suelo y aferrarse al cuerpo que lo mantenía atrapado, que en lugar de darle consuelo alguno le pareció más pesado que nunca antes.

-¿Y si su padre la acompaña?- pregunto volteando directamente a la trabajadora social que esperaba para tomar a la peli rosada. La nueva propuesta atrajo la mirada del entrenador de nuevo a Misty quien le daba la espalda, arrancando casi por completo a May que hacia lo imposible por mantenerse unido a el.

-Si a él le parece bien, no veo ningún problema-

-Por favor Ash- Dijo sin voltearse, apretando un poco más a su hija contra su pecho- Para que no vaya sola-

El afirmo con la cabeza, olvidando que ella no podía verlo pero asumiendo que podría interpretar su respuesta. Soltó completamente a la chica de la pañoleta roja y camino hasta colocarse de frente a la pelirroja, estiro los brazos recibiendo a su hija de las manos de su callada madre.
Se dirigió por el pasillo de mármol hasta la puerta principal y de ahí hasta el estacionamiento. Subió a la pequeña en el asiento trasero de su gran vehículo, asegurándose que se encontrara cómoda antes de iniciar el largo viaje hasta Pueblo Paleta “-Usted siga al frente, nosotros lo seguiremos todo el recorrido… no tiene de que preocuparse, la Sra. Delia sebe que vamos en camino y estara esperándonos” Fueron las instrucciones que la trabajadora social le indico y si no quería perder el derecho a las visitas debía seguirlas. El tramo más largo era el que atravesaba el Bosque Verde, aunque siempre era el más tranquilo, siento su única distracción los jóvenes entrenadores que lo cruzaban a pie. Adivino por la edad de los chicos que no sería mayor a la suya en sus inicios que eran apenas unos novatos, su único método de transporte eran sus propios pies impulsados por la emoción de capturar a su primer pokemon, tener su primera batalla y conocer a sus nuevos camaradas, compañeros de viaje que los apoyaran hasta llega a sus metas… Todo aquello le hizo evocar alguno de sus más queridos recuerdos…

“Postrado contra la barandilla que delimitaba el jardín de su madre, se encontraba meditando los logros que había obtenido a sus 17 años, después de varios años viajando y en especial de todos los que había logrado en los últimos meses, llenos de entrenamientos, batallas de gimnasios y sobre todo de soledad…Su último viaje había estado especialmente inundado de soledad, aunque no había estado solo, nunca viajaba solo pero tal vez visitar un lugar tan alejado como Shinnou había logrado poner las cosas en perspectiva.

-¿No deberías estar recibiendo alagaos y firmando autógrafos?-

No necesito voltear para reconocer a la persona que hablo detrás de el, le sería imposible ignorar la voz que en esos momentos le parecía tan deleitosa a sus oídos, incluso entre el barrullo que provenía de la fiesta que se desarrollaba al frente de su casa.

-No veo por qué debería, no gane el campeonato… otra vez-

-Deberías estar feliz, venciste en todas las rondas-

-No pude vencer a Lance al final-

-Pero obtuviste un nada despreciable segundo lugar-

Levanto la copa de plata que sostenía olvidada en su mano izquierda y sonrió, Mirando la
distorsionada silueta femenina que se reflejaba en el metal.

-Si tu lo dices- Dijo volteando para mirar a su interlocutora, dejando caer su espalda contra la barandilla.

-Vamos Ash, anímate, todos vinieron desde tan lejos para festejar contigo-

-¿Y Tú?-

-Creo que algunos vinieron de lugares más lejanos que Celeste…-

-Pero se lo ocupada que estas estos días…-

-¿Qué? ¿no quieres que este aquí? Porque si es así regreso a la fiesta y te dejo solo….-

-Tú no me puedes hacer eso…- Dijo tomándola de la muñeca evitando que volviera sobre sus pasos, finalmente se decidió a mirarla detenidamente, cosa que había evitado desde que regreso a kanto para participar en la liga índigo. Extrañamente no pudo dejar de mirarla, no era lo mismo mirarla atreves de un monitor que verla en carne y hueso. Seguía siendo la misma Misty y a la vez era completamente distinta, su tez era mucho más blanca y cabello más brillante, aun conservaba los rasgos que le permitían reconocerla como a su amiga de toda la vida pero estos se fusionaban con otros que la hacía lucir diferente, una mirada más profunda y un cuello mas alargado, sus labios no eran los mismos…eran más…mas… ¿Deseables? ¿Esa era la palabra que buscaba? Si… toda ella había cambiado demasiado en el tiempo que no estuvo cerca. Siempre sintió una unión muy especial por ella que jamás sintió con otra persona, pero ahora esa sensación se había convertido en algo más, en magnetismo, en atracción, en ¿Deseo? Si la deseaba con todas sus fuerzas y no solo era ahora, lo fue desde antes, desde que inicio su viaje, en kanto, en el archipiélago naranja, en Jotho, incluso en Hoem y en Shinou, siempre la había deseado de todas las maneras posibles, como su mejor amiga, como su mentora, como su conciencia y consoladora, como su apoyo y como su rival, pero era hasta ahora que la tenia frente a frente, que se veía más hermosa que nunca, que había logrado un triunfo significativo en su carrera como entrenador, que había sentido la soledad y había sufrido su verdadera ausencia, era ahora que se sentía lo suficiente hombre para aceptar que era ella lo que más deseaba en todo el mundo.

-Por favor no te vayas- "

jueves, 22 de mayo de 2008

Rose D'ivore CAPITULO I

-Es muy hermosa- Respondió Lord Sekai a su hijo ante el cuestionamiento de quien se convertiría en su prometida –Sera un excelente esposa y madre, eso no debe inquietarte-

-No se tratan de inquietudes o desconfianza en absoluto lo que me lleva a preguntar por ella, señor, son solo las ansias de conocerla – Se defendió ante la desosiega mirada nacida en los ojos del hombre mayor ante la impulsiva curiosidad que se apodero de el.
Hijo del Barón y la Baronesa de la casa de Borbón, compartían la merienda con su hijo mayor, un joven de buen ver, cabellos castaños y ojos color de roble, correcto al hablar y en su trato, obviamente de linaje puro, características de la clase alta en la que se desenvolvió toda su vida. Señores y dueños de un gran porcentaje de tierra desde hace generaciones y la familia más respetada en las regiones aledañas, inusualmente pequeña para la época, constituida únicamente por sus 2 hijos, varones para su buena estrella pero tan diferentes como el día y la noche.

-Las ansias no son buenas consejeras hijo mío, debes ser paciente-

-El nació paciente madre, la espontaneidad no es una virtud de la que mi hermano pueda jactarse-
El menor de los hermanos entro a la habitación haciendo una sutil reverencia a su padre y besando la mano de su madre. Se podía ver en su desafiante expresión que no se trataba de un pobre diablo cualquiera, por lo contrario con sus escasos 18 años de gratas e insufribles experimentas en esta tierra, poseía ya el porte de un caballero de mundo, con una talla mayor a la de su edad pero menor a la de un hombre ya formado. Luciendo una cabellera negra azabache que entonaba con lo amielado de sus ojos y una voz que podría hacer pensar a cualquiera que lo escuchara que trataba con un Duque aunque su actitud irreverente lo desmintiera.

-No confundas la paciencia con falta de decisión Oshi, de vez en cuando es mejor detenerse a pensar las cosas que actuar guiados solo por los bríos del momento, hermanito-

-No te insinuó cobarde, Shigeru, solo que no es incivilizado ceder ante los instintos de vez en cuando-

-Por eso te precede tu fama de galante entre las mujeres hijo-
a su padre no parecía agradarle las inadecuadas insinuaciones de su joven vástago, cosa que el aludido prefirió ignorar.

-De galante y Feliz, padre pero aun respetado entre las familia de la más alta estirpe, ¿no habías recibido ya varias peticiones de los Kaori para que despose a su única hija?-

-Si, así es. He recibido la petición formal de los padre de Haruka-
le dirigió una mirada más de advertencia que de incredulidad-Son nuestros amigos desde incontables años y Haruka es una señorita decente, no lo olvides nunca… pero en estos momentos apremia el compromiso de tu hermano- cerro la discusión antes de empezarla, deseando retomar el asunto que les concernía en dicha reunión familiar.

-Lady Yawa llega mañana y quiero que todo sea perfecto-

-Y todo será perfecto Madre-

-Vamos Shigeru, Te tomas las cosas muy enserio-
reprocho tomando el asiento que le ofrecía su madre junto a ella- Aun no es tu prometida y es poco probable que llegue a serlo. En cuanto la veas encontraras algún defecto inaceptable y así como llego partirá al igual que todas las demás. Cielos, por lo menos deberías “Retribuirles sus atenciones” , así valdría la pena el viaje hasta aquí- con aire de desinterés alzo la fina porcelana hasta sus labios y probo el dulzón sabor del té, haciendo caso omiso del resoplido que lanzo su padre y la mirada de completa desaprobación de su Madre.

-Satoshi, por Dios, como puedes insinuar que tu hermano consienta una relación de esa clase con alguien que no sea su esposa-

-Un comentario completamente innecesario y fuera de Lugar, Oshi, No crees que es hora de madurar o ¿Acaso se trata de un asunto con tintes un poco más “Políticos”?

- Errado como sueles estarlo, querido Shigeru, la política para mí no es más que la máscara detrás de la que se esconden la gente vana y si Madurar significa ir a tus aburridas reuniones y bailes, prefiero ser joven por siempre, venerable y viejo Hermano-
Y con un elegante movimiento aparto la silla poniéndose de pie – además si hiciera lo que tú me pides, decepcionaría a ciertas doncellas que ahora mismo esperan mi compañía , con su permiso Mi lord, señora me retito- Se inclino en una pronunciada reverencia y abandono el salón ante las replicas afónicas de sus padres.
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~
El replicante galopeo de los cascos contra la vereda empedrada resonaba al avance de la carreta por aquellas frondosas tierras, irreconocible a los irises azul verde que investigaban atreves de la ventana. Habían pasado ya dos días enteros desde que empezó el largo viaje acompañada únicamente por su pariente y el cochero , pero ya había perdido toda razón del tiempo, podría jurar que habían pasado largas semanas desde que abandono la casa que compartía con su padre y sus hermanas en vísperas del anuncio de su compromiso…

“-Kasumi acércate por favor-
-Si padre, ¿Que sucede?-
La joven pelirroja tomo laorilla de su vaporoso vestido e inclino su cabeza en señal de respeto a su anciano padre para después sentarse a sus pies y tomar su mano como hacía desde niña.
La atmosfera le supo incómodamente densa y la presencia de sus tres hermanas parecía hacerla aun más pesada, preconizaba que no le agradaba lo que iba a suceder

-He elegido ya a quien se convertirá en tu futuro esposo-

-P-pero Padre, creí que esperaríamos un año más….-
instintivamente cerro la mano que sostenía la de su padre en busca de auxilio suplicante de que se tratara de un error.

-¿Por qué habría que esperar un año más?, Kasumi, nosotras nos casamos siendo aun mas jóvenes que tu, ya es hora de que cumplas con tu deber como mujer…-

-No quiero terminar siendo una viuda amargada como tu- sus parpados se abrieron mostrando la bella conjunción del azul sobre el verde que brillaban llenos de ira, acompañando las palabras de desdén hacia la intrusión de su hermana.

-Padre, ¿la ha escuchado? Deberías estar agradecida por haber encontrado a un hombre lo suficientemente desesperado para casarse contigo-

-Sakura ya basta-
libero la mano que su pequeña mantenía aprisionada entre las suyas y la coloco en su cabeza calmando los ánimos de la más rebelde de sus hijas que de pronto fueron arrastrados por suaves sollozos.

-Mi amada Kasumi, la más joven de mis hijas, ya soy un viejo y cada día que paso junto a ustedes es tiempo que tomo prestado a la vida, algún día ya no estaré aquí y sin un varón que me proceda, lo mejor que puedo hacer es conseguir a un hombre de bien que te cuide y que se encargue de ti, solo ruego a Dios que sepa amarte con todo su corazón, pues le entrego mi tesoro más preciado”

Diminutas lágrimas dibujaron caminos al descender por sus mejillas mientras mordía su labio tratando de ahogar los sollozos que se habían vuelto incontrolables debido a la dolorosa realidad que pronto se haría presente: Estaba a punto de perder su libertad y había sido su amado padre quien la condenara a lo que ella consideraba seria su muerte en vida.
Muchos pensamientos asaltaron su cabeza en las semanas siguientes, tal vez podría hacer uso de su carácter impredecible para molestar a su prometido y cancelar su compromiso o podría huir algún lugar donde nunca la encontraran pero estas vías de escape, darían una estocada al corazón de su padre, quien había dedicado su vida a sus hijas después de haber perdido a su esposa, merecía disfrutar lo que quedaba en su existencia. Solo una fantasía alegraba aquellos nublados días, que tal vez durante el transcurso de su viaje algún ladrón asaltaran la carreta y con un poco de suerte, pusieran fin a su suplicio. Pero la travesía transcurrió sin incidentes, a excepción de los infructíferos intentos de Azami por mejorar su humor.

-Vaya, estas praderas son muy hermosas ¿no le parece Mi lady? ¿Mi lady? ¿Sumi? ¡Kasumi!-

-¿Qué ocurre Azami? Porque levantas tanto la voz, vas a espantar a los caballos-

-Vamos, Sumi deja esos desaires, mira la hermosura que te rodea, tienes suerte que tu padre te comprometiera con el señor de esta región.-

-Un pedazo de tierra, es todo lo que se de él y no sé si quiero saber más.-

-Es un caballero, de familia noble que te espera con los brazos abiertos, ¿Qué mas necesitas saber?-

-Cuanto tiempo podre soportar-
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
-Señor Satoshi, el joven Takeshi está aquí-

-Esplendido, preparen mi caballo-
ordeno al criado que acababa de anunciar la llegada del mejor amigo del joven amo, deseaba salir de la casa antes de que la locura asaltara el lugar desatándose por la llegada del nuevo prospecto de su hermano. Odiaba las formalidades ante aquellas insípidas mujeres que solo le provocaban hastió pese a lo corto de sus visitas.- *Dios Shigeru debería elegir a hembras más interesantes* Dios Santo…Buenos Días Madre- no logro escuchar las silenciosas pisadas de la dama acercándose a el en el pleno intento de escabullirse a las caballerizas.

- ¿No crees que es demasiado temprano para ti y Takeshi? Te hacia aun dormido en tu alcoba-

-Prometí ayudar a Takeshi en empresas de alta importancia, madre-

- ¿Y te perderás del arribo de la prometida de Shigeru?-

-Tendrá que ser así, me temo que tendrán que prescindir de mi presencia-

-No creo que sea un proceder adecuado, hijo-

-No se angustie señora, presentare mis respetos a la doncella si es que aun esta aquí para mi regreso-
tomo su capa y cruzo el lumbral a las caballerizas donde un joven de tez morena lo esperaba montado en su caballo.

viernes, 2 de mayo de 2008

Rose d'ivoire


Prologo

Miro a su alrededor, observando cada detalle del vació salón como si fuera la primera vez que se encontrara allí. Entro lentamente a la elegante habitación pausando cada paso; el sonido de sus pies descalzos sobre el duro suelo de mármol creo un opaco eco que enturbio el silencio reinante, obligándola a parar su andar de inmediato como si este molestara a algún ente invisible que la acompañaba. El sol se filtraba en pequeños ases de luz por los ventanales de la ostentosa casa A medida que la mañana transcurría, los destellos parecían danzar formando figuras en el aire, jugando y matizando cada rincón que rozaban… pero las campanadas provenientes del reloj de pie, anunciando la llegada del medio día acabaron con aquel calidoscopio celestial retornando a la doncella a la desdichada situación que enfrentaba.

Cerro los ojos y ladeo su cabeza haciendo tintinar el olvidado cascabel en su cuello, su murmullo aun le inspiraba esa dulzura inexplicable ¿Por qué aquella nueva sensación se negaba a abandonar su corazón destrozando? Con sus delgados dedos forrados en fina seda acaricio la argolla en su mano desnuda, una alianza de oro blanco que carecía de todo significado de unión, colocada en el lugar erróneo, en la mano incorrecta… en la mujer equivocada.
Siendo deshonrada en 2 ocasiones por su respectivo prometido, enfrentada a su familia política y retada por el hombre que retorció los cimientos en de su vida.

Sin darse cuenta se deslizo por la columna a la que se mantenía aferrada, sintiendo la fría sensación del mármol en sus rodilla a través del raso y el tul de su vestido, su cabello yacía desordenadamente sobre su escote que se extendía por debajo de sus hombros, mientras que en su mejillas se dibujaban veredas guiadas por las lagrimas que rogaban salir desde que llego a esa casa.

Incondicional II

Juicio Preliminar

Miro a su alrededor y volvió a confirmar la hora en el reloj digital nada acorde a su elegante vestimenta.
-¿Qué ocurre si no se presenta?-

-Aun faltan 15 minutos Sr. Ketchum-

-Pero si decide no presentarse-

-Ash quieres tranquilizare, es imposible que no venga-
Paso sus dedos por su cabello tratando de aplacar los rebeldes mechones azabaches y miro suplicante a la mujer ataviada de manera formal.

-Son casos que se siguen de oficio Sr. Ketchum. Si no llagara a presentarse, mandarían a buscar a su esposa…-

-Ex esposa-
La mujer volvió su impasible rostro con desagrado hacia la joven castaña por su completa falta de respeto de la que parecía o ser completamente ignorante o simplemente le parecía una insignificancia comparado a contemplar absorta a su apoderado legal, cuya respuesta le dio no pareció borrar la ansiedad reflejada en sus grandes irises almendrados.

-Todo a salido muy bien hasta ahora- tomo su hombro tratando de aliviar un poco la angustia en la cara del muchacho del que atreves de un año había tomado aprecio- esperemos que todo siga así-

-Esperemos que todo siga así- repitió agradeciéndole el gesto.

El inconfundible sonido de pasos sobre el suelo de mármol resonó por todo el pasillo, alertando la llegada de por lo menos 3 personas más a la antesala de la corte. Los nervios parecieron empujarlo fuera del confortable sillón, preparándose a enfrentar de pie lo que estaba a punto de cruzar por la puerta. Los primeros pasos, como siempre pertenecían al elegante andar de la pelirroja, que pese a que llevaba en brazos a su pequeña hija, no volvían más pesado su caminar, al contrario, desde que adquirió la maternidad sus rasgos eran más finos y sus movimientos más sutiles y dóciles, y aunque en su rostro se reflejaba el degaste que sus responsabilidades como madre, un brillo etéreo parecía desprenderse de ella. Tras ella un hombre ya entrado en edad la seguía de cerca, bastante familiar, ataviado también de manera formal e impecable, mirando distraídamente manuscritos atreves de sus bifocales y cargando un maletín de cuero café.

Un tercer juego de pisadas pronto harían presente a su dueño probando toda la paciencia y autocontrol del entrenador. Era de suponer que trataría de dilatar lo más posible su arribo por temor al escándalo que inevitablemente ocurría cuando ambos se encontraban en la misma habitación por más de 5 segundos. Incluso el repiqueo de su andar le hacia hervía la sangre, con gusto desahogaría su rabia sobre el nuevamente.

Un joven prácticamente de la edad del moreno, apareció con un deje de duda en su rostro muy poco peculiar en el, generalmente eufórico y seguro de sí mismo, ahora parecía estar completamente listo a recibir algún ataque furtivo justo en el momento en el que pasara por el umbral de la entrada.

Los ojos almendrados se clavaron con toda su furia sobre el chico castaño quien lo encaro directamente con su mirada fría, leyendo los pensamientos de odio que cruzaban por la cabeza de su atacante dedicados específicamente a él. Una sonrisa sarcástica borro la anterior mueca de duda en el apuesto rostro del ahora conocido y prestigiado científico pokemon, provocando una renovada oleada de ira en el Campeón.

-Hola Robert, Buenos Días Srita. Waterflower- Saludo amablemente la abogada tomando la mano de su colega y después la mano libre de la joven.

-Mucho tiempo sin verte Carol- respondió al caluroso saludo de la licenciada para después dirigirse a su cliente- Buenos Días Sr. Ketchum.-

-Buenos Días- contesto cumpliendo con el protocolo mas por inercia que por cortesía sin apartar la vista de Gary, que lo retaba a voltear.

-Ash….-
La dulce voz capto su atención como un imán dejando a un lado su pelea de titanes,
Observando detenidamente a la joven que había recitado su nombre, vestía un traje de saco y falda a juego que parecía desvanecerse en su pálida piel, ajustado a su silueta, dibujado perfectamente a su curvas juveniles que el embarazo trato de borrar sin éxito. Definitivamente el blanco era su color, siempre lo fue y no importaba cuantas veces la hubiera visto con ese traje, el efecto que causaba en su cuerpo y en sus pensamientos seguía siendo el mismo.-Bueno Días Ash- Dijo casi en un susurro levantando un poco sus hombros, esperando el saludo amistoso mas para su hija que para ella misma.

-Buenos Días Misty… Hola Cariño-

-Hola papi-
dijo extendiendo su brazos en suplica a su padre

-¿Cómo despertaste hoy, princesa?-

-Muy Bien, papi… Tío Gary me llevo su Blastoise para jugar con él. Es realmente grande-

-Puedo imaginarlo ángel-
dijo dando miradas furtivas al chico junto a Misty –Pero no creo que sea tan grande como Charizard ¿verdad?-

-Pero Blastoise es de agua y los pokemon de agua le ganan a los de fuego, papa-

Una carcajada exploto de los labios del científico ignorando la mirada de desaprobación que Misty le dirigía –Así es, los pokemon de agua le ganan a los de fuego, eres digna hija de tu madre Sami.-

La niña sonrió radiante gracias al cumplido que en chico acababa de dirigirle, completamente inocente a la intención maliciosa dirigida a su padre.

-Vaya parece que tendremos que agradecerle a Tu tío Gary el gesto… Con gusto me encargare de agradecérselo cuando estemos solos –
Miro complacido como la sonrisa desapareció casi de inmediato del rostro del castaño que inconscientemente toco la cicatriz que desfiguraba su rostro casi perfecto oculta bajo flequillo cafecino.

La puerta principal de la sala de Audiencia se abrió, mostrando a un hombre uniformado que se dirigió a ellos – El juez está listo para comenzar –

-Bien, será mejor no hacerlo esperar-

-Me temo que la menor deberá esperar afuera-
dijo la voz grave del oficial

-Gary te importaría…-pregunto la pelirroja tomando a la peli rosa de los inertes brazos de su padre para entregársela.

-No hay problema-

-Gracias-

Las protestas silenciosas de Ash murieron antes de ser escuchadas, pues fueron escoltados hasta el interior del juzgado y la puerta se cerró tras ellos evitando que los otros dos pudiera seguirlos.

-Hola Gary –Dijo la coordinadora que permanecía en un rincón apartado de la sala y le ofrecía su mano en forma de saludo- Hace mucho tiempo que no sé nada de ti-

-No lo tomes a mal May pero no me apetece hablar contigo- dijo dejando su mano en el aire

-Vaya todos los amigos de Misty sí que son groseros-

-Solo contigo ¿No se te parece extraño?-

-Yo solo dije lo que vi-

-Todo lo que dijiste fueron mentiras-

-No lo fueron y si así lo fuera, te aseguro que no fue porque tú no lo quisieras-
Gary no tubo argumento para defenderse a esa acusación, pues aunque May fuera una mitómana con experiencia esa era una verdad tan clara para todos que no podía esconder…

El ambiente no era muy distinto en la sala conjunta, llena de bancas acomodadas unas tras otras y separadas por un pequeña barda de la parte frontal del juzgado. En la parte más alta el lugar del juez sobresalía por sobre la cabeza de todos los involucrados y un poco a desnivel a su derecha, el estrado donde se realizaban los interrogatorios. Un poco más allá, contra la pared el banquillo del jurado, que en casos penales se encontraría llena de gente objetiva y justa, pero este no era el caso.

De espaldas a la hilera de bancada dos amplio escritorios, donde se ubicaban sentados el demandante ala derechas y la defensa a la izquierda del estrado, aunque los abogados pasaran más tiempo levantados discutiendo entre ellos que dirigiéndose al juez.

-Objeción-

-a lugar-

-Pero su señoría, la srita Waterflower ya no es Líder de gimnasio, por supuesto que mi cliente tiene mejor “desenvolvimiento económico” como campeón de Kanto-

-Objeción su señoría, la licenciada Weetman acuso a mi clienta de no contar con los recursos económicos suficientes para mantener a su hija por renunciar a ser líder, no estamos hablando del nivel socioeconómico de los padres-

-Bueno, ese es el objetivo de esta audiencia-

-No, No es así. El objeto de esta audiencia es buscar el beneficio de la menor-

-Y ese será quien le brinde un mejor sustento económico-

-ORDEN-
grito el juez golpeando el pequeño mazo de madera contra el podio-Les recuerdo que esta solo es una audiencia preliminar y el objeto es llegar a un acuerdo de custodia para evitar ir a juicio. Mantengan eso en sus mentes abogados, ahora Señorita Weetman ¿Cuál es su siguiente argumento?-

-El Sr. Ketchum pide la patria potestad y Lla custodia total de su hija, por temor a una ejemplo inapropiado de parte de su madre-

-Objeción-

-A lugar, hable abogado-

-Eso es una acusación demasiado objetiva-

-¿Objetiva a que Lic. Johnson?-

-Al criterio de su cliente-

-Su Clienta recibe visitas periódicas del hombre con quien se le acuso de adulterio en la demanda de divorcio-

-Cargos que fueron desechados por falta de pruebas-

-Hubo testigos que la vieron-

-La actual novia del Sr.Ketchum carece de completa credibilidad-
dijo poniéndose a la altura de su colega que estaba de pie buscando la atención del juez –Su señoría solo trata de “reciclar” evidencia-

-Señoría, se le llama “Causa probable”-

-Conozco el termino abogada-
Dijo masajeándose la sienes tratando de dimitir el dolor e cabeza que los gritos le habían causado - me temo que tendré que rechazar ese argumento-

-Pido a usted que lo reconsidere-

-Por el conocimiento que tengo en el caso, la demanda de divorcio aun no está concluida por lo que, como caso abierto, no puedo considerar ninguna investigación que se utilicé en otro proceso legal-

-Es cuestión de trámites burocráticos para que la demanda acabe-

-Veo-
releyó los papeles sobre el podio- que el Sr.Ketchum y su esposa ya firmaron las actas….-

-Ex esposa-

-Las cosas por su nombre Srita.Weetman-
la reprendió el juez sin apartar sus ojos de los archivos-fue usted quien empezó con los términos legales.- Bajo los papeles, masajeo su frente por el dolor que aumentaba- Veo que esto no nos lleva a nada, Sr.Ketchum- hablo en voz ronca directamente al joven que al igual que su contra parte (Misty) había permanecido en silencio
–¿ No está dispuesto a abrirse a alguna clase de acuerdo con su esposa?

-No, Juez
- Dijo tajantemente

-No apruebo esta clase de actitud de alguien tan joven, Sr. Ash, no me parece correcto alejar a una madre de su hija pero eso no me corresponde a mí, por el momento. Bien, en vista de no llegar a un acuerdo, el juicio de custodia empezara dentro de una semana a las 9 de la mañana, en este mismo estrado. Mientras tanto la menor permanecerá con el pariente más cercano –Busco el nombre entre el archivo- La Sra Delia Ketchum-

El rostro de Misty palideció tanto que pareció perder su color, miro a su abogado con una súplica silenciosa para que hiciera algo.

-Su señoría, las hermanas de mi cliente están dispuesta a acoger a la menor-

-Lo imagino pero la abuela de la niña es una mejor opción-

-Por favor
- Su voz se quebró mucho antes de salir de su boca, acompañada de lágrimas en los ojos. Todos miraron asombrados a la joven, sin saber que fue lo más impresionante: que se dirigiera directamente a la autoridad o su tono de lamento.

-Lo siento Muchísimo Srita.Waterflawer- le explico el juez en el tono más comprensible que hubiera usado en toda la audiencia comprendiendo su dolor- pero sus hermanas viven con usted y eso crea un conflicto de intereses, pero no estará completamente asilada de su hija podrá visitarla 3 horas diarias-

-Pero su señoría-

-Un reclamo mas Srita Weetman y la acusare de desacato y negare las visitas a su cliente- miro con severidad a los demandantes que guardaron silencio -Bien se levanta la sesión- y un último golpe de madera resonó por la habitación.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
La verdad no se como salio este capitulo, pero salio aunque no me gusto mucho
como quedo, los otros seran un pokito mas interesantes pero todo esto era necesario para
dar pie al hilo de la historia.

jueves, 1 de mayo de 2008

Escena de la semana

- Misty Waterflower, aceptas a... - alcanza a escuchar Ash desde la lejania, pero su propia mente omite el nombre siguiente...- Acepto...
"El gran Ash Ketchum... lo único que querias era ganar esa estupida liga pokémon... y lo único que lograste con eso fue dejar a tu vida de lado... dejar a Misty de lado..."
El párroco hace una pequeña pausa en su parlar cuando Ash llegaba al portal que lo separaría de la cruda realidad, a la cual en verdad no volvía desde hace 3 años. Ash se detiene por la interrupción...
- Si alguien se opone a este vinculo que hable ahora o calle para siempre - pronuncia el padre desde su altar frente a los novios... Los acompañantes de Misty se incomodan ante el silencio que se produce en el Templo...- Entonces los declaro...- ¡Yo me opongo! - se escucha una voz fuerte y decidida desde la entrada del recinto eclesiastico, que resuena en ecos por todo el lugar, provocando la reacción de todos los presentes que inmediatamente miran en la dirección que provenia tal grito... sin embargo el lugar esta vacio...
Misty va lo más rapido que su vestido de novia le permite a la entrada, y mira para fuera, pero no había ningún alma ahí. Ya volvía a su lugar cuando su tacón pisó algo. Ahí, en el piso, se encuentran un pañuelo y al parecer 3 lagrimas en forma de gotas... Entonces todos los presentes, incluyendo el atónito novio, observan a la novia irse corriendo de la iglesia a dirección incierta.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Misty le muestra el pañuelo que encontró en el suelo del templo.
- Ash, ¿qué pretendes? - pregunta ella desafiante. Ash lo único que hace es levantar una pokebola y mostrarsela.- ¡¿Acaso quieres desafiarme para que no me case?! - Ash responde ante tal pregunta con un movimiento afirmativo de su cabeza.- Esta bien... pero si yo ganó, me dejaras tranquila - El entrenador no presta atención a sus palabras y comienza con el

desafio...

En pocas palabras "Nunca sabes lo que tienes hasta que lo vez perdido".
Estas escenas pertenecen al fic "La boda de mi mejor amiga, la soledad del maestro" de Drigo Does Sato en FF.net. http://www.fanfiction.net/s/2215862/1/La_boda_de_mi_mejor_amiga_la_soledad_del_maestro