viernes, 13 de marzo de 2009

Esta Historia va dedicada a una buena amiga y a su hacendencia tan especial.
Nely eres un amor y una magnifica amiga.
Ya sabes como se me dan los bloqueos, solo espero que te guste.

A mis demas queridicimmas lectoras y porsupuesto a mi amadisimo Clan, preparence para un maraton de capitulos retrasados: Incondicional,Obsequio y El final de entrelazados...

Buena Lectura a todas.

~*Blue*~

Camelo

Capitulo I

Primera Parte

Otro verano mas se ha ido ¿o acaso será el otoño? Realmente no lo se, todo se ve tan marrón y amarillento al mirar por fuera del carruaje. Aunque es agradable ver que nada a cambiando en mi corta ausencia. El repicante camino empedrado tararea una vieja melodía debajo de las ruedas del coche y los cascos de los caballos, es casi acogedora. Suena paradójico y absurdo sabiendo que regreso de la casa de campo de la familia, pero al acercarnos al enrejado de la academia Espérance finalmente me siento en casa. Sera que he pasado la mayor parte de mi vida en este lugar, desde que tengo memoria. El único recuerdo anterior a este es la pequeña casita donde me crio mi abuela, las pedreras y los lagos donde transcurrió mi tierna infancia hasta que mi padre –recordó que tenía una hija- fue por mí y me trajo al “internado para señoritas más importante del mundo.”

Ahh… mi padre, severo y formal, educado e imponente justo como debe ser un eminente hombre de negocios. No es tan malo, al menos recuerda que existe una pequeña pieza suya vagando en el mundo, recuerda que necesita que la formen, la eduquen y la adiestren para entretener a los caballeros, conseguirse un buen partido y convertirse en responsabilidad de alguien más. Pensándolo bien quisiera que se olvidara de mi, que no me obligarlo a acompañarlo cada verano a alguna lujosa casa en un lugar tan remoto que no tendría oportunidad de volver si me perdiera…

Perdida. Creo que esa sería la descripción perfecta de mi vida.

No sé donde vengo ni quien rayos soy. Bueno tengo un apellido del que debo orgullecerme al decirlo en voz alta pero que vale más en papel que en mis labios. Sé que soy la afortunada heredera de la industria mas prolifera de vías náuticas del occidente y que algún día seré la agraciada señora de algún lord de pacotilla que me deje embarazada del sucesor de nuestra exitosa dinastía. Mientras tanto, debo ser educada, verme bella, dócil y cerrar la boca.

-Hemos llegado señorita-

-Gracias James-

Todo se ve exactamente igual, si en algo puedo confiar es en la perpetuidad que se protegen detrás de las paredes del instituto. Se respira la calma y la instrucción en el aire, sazonado con la humedad, el roble y el encino. El ambiente se llena el bullicio de todas las alumnas que vuelven de vacacionar, las expresiones estridentes de alegría por los reencuentros y el delicioso chismorreo del verano. Allí están las mujeres de donde saldrán los hombres del futuro, todas ellas, elegantes, finas y listas para saltar en cuanto alguien grite salten. Existe un profundo acantilado abismal entre ellas y yo, y no es que me considere suicida pero he tratado de saltarlo por todos los medios. Todas aspiran a una posición social, a un hogar y a una familia, mientras que a mí me falta un tornillo por no parecerme suficiente. Y en lo físico ni se diga, todas lucen sus bellas cabelleras lizas o enruladas, castañas, rubias, violetas y un suave tono dorado en la piel.

En cambio no hay forma de hacer menos llamativa mi rojiza melena o de no verme tan pálida como un fantasma. El único atributo del que no me avergüenzo son mis ojos, no porque sean hermosos sino porque es lo único que conservo de mi madre aparte de unas cuantas reliquias.

-¡¡¡Misty!!!-

Dos pares de brazos me detienen en la puerta de la alcoba que comparto con mis mejores amigas. Apenas pasaron dos meses y aun así al verlas me dan ganas de soltar el llanto cuando devuelvo el abrazo.

-Me da tanto gusto verlas, no saben la falta que me han hecho-

-Ya lo imagino- había una nota de profundo dolor en su voz-ni una carta o un telegrama, la hacienda no queda tan lejos de la caza de campo de tu padre. Pudiste enviar una nota con algún mozo…-

-Déjala en paz Dawn, debió de estar muy ocupada evitando que su padre tratara de comprometerla con cuanto lord pusiera un pie en su casa- Si con algo podría contar aun mas que la perpetuidad de Espérance era con el satírico temperamento de Casey.-

-Aun así- creo que no entendió la burla directa hacia el inusual hobbie de mi padre- Estuve tan aburrida y sola ¿Saben lo tedioso que es pasar el día entero entre mis hermanos?-

-Bueno al menos debiste de conocer más caballeros de los que el papa de Misty podría encontrar-

-Mi buena suerte no llega a tanto- dijo sin volver a entender la mofa- No soy más que la hija pequeña de los Forthiton, por supuesto ninguno de los amigos de mis hermanos están a la altura de su hermanita. Ni siquiera valía la pena presentarme.

-Vamos no pudo ser tan malo- dije sintiéndome un poco culpable de no haber respondido a alguna de sus desesperadas cartas.

-¿A no? Yo me pase el verano entero entre hombres que me miraban como si no existiera y ella
– se volvió hacia a Casey- consigue esto.-

La tomo del brazo y puso frente a mí la mano que Casey guardaba recelosamente en su espalda, mostrándome el resplandeciente anillo brillando sobre su dedo. Allí estaba, el distintivo que nos marcaba como “mujeres enamoradas” y por lo que todas esperábamos. Era sencilla pero indudablemente elegante, pequeños circonios rodeaban el diamante que sobresalía de la argolla bañada en oro. Tenía clase igual que Casey y por más de lo poco atrayente y pesado que me parecía ese objeto estaba sinceramente feliz.

-¿Giorgio? ¿Cuándo? ¿Cómo?-

-Fue apenas hace dos días, antes de regresar. Me escolto hasta el carruaje y espero a que estuviéramos solos, sabía que lo prefería así-

Se podía ver en los ojos de Casey el profundo amor que sentía por su prometido y no solo en bobo deslumbramiento de la mayoría de las novias. Ella realmente lo amaba y para su suerte el también la amaba con todo el alma. Toda una vida de amistad que pronto desembocaría en una vida de amor.

-Misty tienes que ir a la boda, sé que no son de tu agrado pero no podría hacerlo sin una de mis damas de honor, por favor…-

-¿Cuándo es la ceremonia?- Me abrazo con tanta fuerza que estábamos a puno de caer, no había manera que yo le arrebatara esa felicidad.

-Dentro de unos meses- titubeo un segundo- pero la luna de miel será hasta después de la graduación. Le conté que no me perdonarías si no nos graduábamos juntas. Por supuesto que acepto.-

-Que bien, no espero la ocasión para que le presentes a la dama de honor que lo obligo a alargar tu castidad-

-Esto será divino- dijo Dawn sin poder quedarse al límite de la conversación- Tendremos que ir a buscar el diseño para tu vestido y el de las damas. Me dedique todo el verano a hojear las revistas de moda y he visto unos modelos preciosos, de hecho mi madre me mandara algunos el fin de semana, tal vez podría pedirle algunos corsés nuevos-

Justo lo que necesito, otra cosa que me presione y no me deje respirar

-Creo que me quedare con mis antiguos vestidos-

-Pero son de la temporada pasada-

-Dios nos libre de usar una crinolina demasiado esponjada o un sombrero añejo-

-Eso te lo recordare cuando camines al altar con una cola demasiado larga que se enrede en tus pies- le dedico una mirada de odio antes de volverse a mi- Tenemos que bajar para la bienvenida y después nos darán un poco de tiempo libre ¿les gustaría jugar cartas?-

-¿Qué diría tu padre si se da cuenta que prácticas juegos de Azar?-

-Estaría orgulloso de que te desfalcara hasta tu anillo, amiga mía-

-Touche-

-En realidad quería ir a pasear al bosque, puedes desfalcarla allí también ¿no?-Ambas me miraron como su un tercer ojo hubiera brotado justo en el medio de mi frente. Odio cuando no me entero de las cosas.

-¿Qué pasa?-

-No podeos ir al bosque, ni siquiera podemos salir de la academia sin una escolta. Me lo dijo la señorita Azami cuando llegamos-

-¿Por qué no?-

-Parece que ha habido ataques, desapariciones o algo así-

-Mi madre estaba tan asustada que no me dejaba andar en la hacienda si uno de mis hermanos-

-Qué locura-replique sin entender la lógica de lo que me decían- pero tu hacienda queda a varias millas de aquí ¿Qué tiene que ver con el bosque? –

-El camino cruza por el bosque, la hacienda, las casas de campo y el pueblo. Imagino que no quieren tomar riesgos innecesarios.

-¡Que fastidio!-

-Ya empezaba a extrañar tu buen humor Misty-

Tal vez no fuera una dama ejemplar pero sería la de mejor puntería en toda la escuela pues logre golpear a Casey en la cara con mi almohada y Salí sobreviviente de la guerra de almohadillas que se desato. Cuando estuvimos suficientemente cansadas de atacar y reírnos, nos quitamos las plumas del cabello, nos vestimos y bajamos a la bienvenida.

Nos acomodamos alrededor de la enorme mesa dispuesta en el gran comedor, donde celebrábamos las reuniones de té, las clases de etiqueta o recibíamos los anuncios para las ocasiones especiales. A la cabecera estaban colocada estratégicamente 3 sillas notablemente más adornadas que las demás, una ocupada por un hombre corpulento entrado en años, una mujer más joven de recatada apariencia y entre ellos una Dama de porte refinado y distinguido.La

Directora espero a que todas estuviéramos debidamente sentadas y con un sutil aclaramiento de garganta atrajo la atención de las 50 alumnas bajo su tutela.

-Bienvenidos a otro año en la Academia Espérance para señoritas. Espero en lo más profundo de mí ser que su estadía aquí sea feliz y muy fructífera, que logren sacar provecho a todo el conocimiento del que deseamos empaparlas para convertirlas en miembros productivos a la sociedad. Para Las nuevas alumnas, Soy la directora de la academia Madame Lucil de Morgoña, me encargare de su instrucción y de apoyarlas en lo que esté en mis manos.Un coro se levanto pronunciado gracias Madame lucil tan perfectamente nivelado que parecía ensayado.

-Ellas es Miss Azami Cornejo y ella será su Maestra de Música, arte e historia.- dijo señalando a la joven a su derecha.

El murmullo volvió a levantarse afirmando Mucho gusto Miss Azami-Y este caballero- poso suavemente la mano en el hombro del aludido- Es sir Thomas Serch, el se dispondrá a sus clases de lenguaje, francés y por supuesto las mantendrá en forma-Se repitió la acción aclamando al profesor Search.

-Están aquí para hacer grandes cosas y no esperamos menos de ustedes.-hizo una breve pausa y miro a las más pequeñas- La mayoría ya conoce las reglas pero no haría mal recordarlas…

"Numero uno: La puntualidad es la base de nuestra sociedad civilizada, los horarios deben cumplirse sin acepción; de lo contrario se aplicar un correctivo."

"Numero dos: Esto también aplica para sus responsabilidades. Si no se sienten capases de cumplirlas deberán informarle a alguno de los profesores. De igual manera en caso de que se sienta enfermas o indispuestas."

"Numero tres: Se Pasa revista Después de: el desayuno, durante la hora del té y antes de acostarse, de igual manera los pasillos siempre están vigilados. Los paseos nocturnos y las faltas a clase están expeditamente prohibidos."

"Numero cuatro: Permitimos que sus padres le envíen obsequios, comida, ropa y artículos personales que no sean inadecuados ni indecorosos. Nada de camisones nupciales (solo son bien vistos en la noche de bodas), nada de alcohol o drogas… y ahora que hablamos de indecorosos…"

"Número cinco: NO-SE-PERMITE- LA- ENTRADA-DE HOMBRES, únicamente los días de vistas una vez al mes y solo si son sus hermanos, prometidos, padre o esposos. Por suerte nunca hemos tenido el desagradable caso de encontrar intrusos pero no está de más aclarárselos.

Bien ahora que hemos repasado sus obligaciones, veremos sus derechos- anuncio con una cálida sonrisa- Podrán pasear por las propiedades del colegio tres veces al día, si lo desean podrán cambiar de alcobas si esto evita riñas innecesarias y con el aviso correspondiente. Podrán descansar los fines de semana y visitaremos el pueblo una vez a la quincena. No tienen ninguna limitante con el correo y la lectura, la biblioteca esta a su disposición, al igual que el cuarto de costura y el cuarto de baño… Por favor sean civilizadas respecto a este último punto y por supuesto las maestras tenemos preferencia.-

Guiño un ojo en complicidad con la señorita Azami y una oleada de risa y buen humor inundo el gran comedor. Termino con algunos asuntos menores y con unas palmadas nos invito a disfrutar la cena antes de retirarse a su oficina. Me disculpe con Dawn y Casey antes de levantarme y seguir a directora a las puertas por donde desapareció.

Di dos suaves golpes a la tabla de roble anunciando mi presencia.

-¿Madame Lucil?- Asome la cabeza dentro del despacho buscando a la directora detrás de su escritorio

-Pasa querida- entre y cerré la puerta detrás de mi -¿Qué ocurre cariño?

-Quería hablar con usted un momento- dije haciendo una caravana sencilla. Con un movimiento de su mano me invito a sentarme en la silla frente a su escritorio

-Te escucho-

-Yo… ¿Por qué no podemos ir al bosque?- pregunte dilatando lo que realmente quería saber.

-No es un buen momento para que anden vagando por ahí. Ha habido algunos incidentes cerca del pueblo. Creí que tu padre acababa de adquirir algunos acres cerca de allí ¿no te ha contado nada?-

Negué con la cabeza. Eran tantas las propiedades de las que se había hecho mi padre que ignoraba donde estaban o cuantas eran. -¿Qué clase de incidentes?-

-Malos, es lo único que debes saber. Así que por favor te pido que te abstengas de pasear en el bosque-

-A si lo hare- tome aire para llenarme de valor- Madame Lucil ¿pensó en la propuesta que le plantee antes del verano? –

No me respondió inmediatamente, únicamente se limito a mirarme a través de los cristales de sus lentillas. Me observo sin creer que lo que le hubiera dicho fuera en serio. Hechos su hombros hacia atrás e irguió el mentón. Imite su postura.

-No creí que hablaras en serio, pensé que solo estabas jugando-

-ES muy en serio-

-Aun así no entiendo por qué quieres hacerlo, Tienes todo el tiempo por delante y los medios para triunfar en la vida… no entiendo por que te conformarías con ser una simple institutriz aquí en el colegio – suspiro y entrelazo sus dedos sobre el escritorio- Lo tienes todo Misty. Eres inteligente, refinada y muy bella –¡Ja!- Podrías tener al caballero que tu desees…-

-No creo que alguno me quiera a mi- conteste indiferentemente intentando hacer creer que no me importaba.

-Cambiaras de opinión cuando empiecen la temporada… Eres tan joven, apenas tienes dieciséis años. Conocerás alguien perfecto para ti-

-Pero solo me queda un año aquí- replique como si eso fuera una atenuante a mi decisión- si pudiera quedarme imagínese cuantas mentes jóvenes podría hacer florecer-

-¿Y tu padre?-

-Si usted me acogiera aquí estoy segura que el entendería…-

-Ese es el problema Misty, tu padre no entendería. Lo considera un a afrenta personal contra su familia, pensaría que estoy sonsacándote. ¿No has hablado con alguna de tus hermanas? Ellas fueron excelente alumnas, todas se casaron antes de graduarse, tal vez una de ellas puedan aconsejarte para calmar tus temores…-

-¡no tengo miedo!- mentí descaradamente tratando de mantener el llanto en mi garganta.

-Lo siento mucho Misty pero no me puedo permitir disgustar innecesariamente a algún tutor. Además tu padre siempre ha sido un generoso benefactor…-

-¡Y usted no puede perder la oportunidad con su ultima mina de oro ¿verdad?! ¡¡ Como desaprovechar una fuente de recursos tan holgada como yo!!-

-Sabes que te has ganado todo mi aprecio en estos años pero no iré en contra de la voluntad de tu padre- dijo calmadamente pasando por alto mi tono totalmente inadecuado para una charla decente.- no hagas nada que pueda perjudicarte Misty-

Me pare rápidamente para salir de ahí incapaz de seguir guardado los sollozos en mi pecho.
Tome ambas orillas de mi vestido y doble las rodillas ligeramente para despedirme.

-Por supuesto que no- dije antes de cerrar la puesta al salir Hare algo que mucho mejor ¡Bosque allá voy!

Camelo

Capitulo I

Segunda parte

Subí las escaleras golpeando los escalones de piedra con mis pies, haciendo suficiente ruido para que creyeran que estaba furiosa - y lo estaba- que hacia un berrinche y que me encerraría en mi alcoba. Todo iba a pedir de boca hasta que llegue al a los últimos escalones antes de llegar al pasillo que conducía a las habitaciones. Distinguí un pedazo de lino a mis pies antes de comprender que era un fondo ¿Quién rayos perdería un fondo en la escalera? Seguí caminando encontrando otras piezas de ropa, faldas, corsés, camisones, pañuelos, mascadas… cuando alcance la hilera de puertas observe el tapizado del suelo y los candelabros más y mas ropa tendía a diestra y siniestra. Tarde entendí que era mi propia ropa desperdigada por todos lados.
La rabia que sentía en las escaleras no era más que una leve brasa avivada por el viento frio de esa broma sin gusto. Y para bromas sin gusto solo una persona…

-Gizel- susurre rechinando los dientes.

Recogí cada prenda arrojándola en mi cama, no deseaba desquitar mi furia sobre mi pobre ropa si podía desahogarla sobre el pobre rostro de Gizel.
No me moleste en tocar, arremetí contra la puerta casi segura de que estaría esperándome y no estaría sola. La encontré admirándose al espejo mientras una de sus súbditas le desenredaba el cabello azabache y recogía un mechón con un broche de plata.

-Buenas noches Misty-

-Buenas noches Gizel-

-A que debo esta inesperada vista-

-Espero no incomodarte – dije mordazmente para que no confundiera mi cortesía- ¿Has visto
pasar el tornado?

-¿Tornado? No sé de lo que hablas Misty- contesto sínicamente apoyándose en las risitas tontas de sus amigas

-El tornado que desperdigo mi equipaje. Es raro ¿no?-

-No se- encogió los hombros mirándome a través del espejo- Tal vez unas ratas que decidieron que tenían demasiado buen gusto para robarse tus ropas, cariño-

- Te he dicho que no traigas a tus mascotas y si lo haces mantenlas en sus jaulas, querida-
Un destello de furia nublo sus ojos por un segundo antes de retomar la calma. Se aclaro la garganta sonoramente.

-¿Sabes la buenas nuevas Misty?- dijo una de sus allegadas- ¡¡¡Gizel se comprometió!!!
Un suspiro generalizado recorrió el cuarto cuando Gizel se volvió hacia mí encarándome con su
mano izquierda. Era enorme, llamativo y seguramente muy costoso. Muy Gizel.

-Sin palabras ¿no?- alzo una ceja- Lo sé, es precioso, toda una joya. Nada que ver con la bisutería de juguete que tiene Casey pero que se podría esperar. Cada quien tiene lo que se merece ¿no crees?-

-No podría estar más de acuerdo. Muero por conocer al afortunado ¿Cuándo tendré el honor?-

-¿Por qué motivo?- mi inusual buen humor la ponía nerviosa.

-Hasta la pregunta es tonta querida. Para prevenirlo por supuesto… - di un paso seguro y me incline hacía ella- ¡¡¡Advertirlo del demonio que piensa desposar!!!

Di un tirón y arranque el broche plateado trayéndome un gran mechón de cabello negro con él. No espere a ver la reacción de Gizel al perder gran parte de su orgullo, ya había perdido mucho tiempo con esa pequeña escena. Pronto todas regresaría al segundo piso y lo menos que necesitaba era ganar atención innecesaria. Entre corriendo a la habitación desabrochando los cordones del corsé para quitármelo pero me detuve cuando un par de faldas se movieron en la oscuridad.

-¡¡¡Me van a matar de un susto!!! ¿Qué hacen en la oscuridad?-

-Esperando a saber por qué no volviste a la cena-

-Y por qué no estás aquí-

-Estaba jugando al estilista con Gizel- dije amargamente. Encendí uno de los faroles y me escondí detrás del biombo para cambiarme.

-¿Qué hizo ahora?-

-Nada imaginativo-

-¿Suficientemente para vengarnos?-

-Tú vas a ser una señora de familia. Así que olvídalo-

-Aguafiestas-
Salí del biombo con un vestido de una sola pieza, sin corsé, liviano y bastante amplio. Perfecto para viajar. Revolví los montones de ropa que arroje sobre mi cama sin saber donde estaba cada cosa.

-Misty ¿Qué haces?-

-No encuentro mi capa. Dawn préstame la tuya.-

-¿A dónde crees que vas?-

-Afuera.-

-¿al bosque? ¡Estás loca! No te dijimos que…-

-No hay nada en el Bosque- refunfuñe fastidiada, tenía que irme antes de que encendieran los faroles externos- Mira, entre antes me vaya antes volveré-

-No si no te vas-

-¡¡Vamos!!- replique demasiado molesta- tengo que ver a Ronald. Si no se qué paso con él me voy a volver loca.

-Misty por favor…-

-Si no me la prestas me iré sin ella-

-Está bien- Dawn se volvió a sus propias maletas y jalo una larga tela esmeralda y me la entrego.- es nueva cuídala mucho-

-Lo haré- le prometí con un beso en la mejilla. Casey no estaba tan cooperadora.

-Iré contigo-

-No, es menos probable que atrapen a una. Además no me arriesgare a que te expulsen y que pierdas a Giorgio-

-Sabes que eso no va a pasar. No puedo dejarte ir sola-

-Si, si puedes- la abrazase y le entregue el broche plateado- Además tienes que entregarle esto a Gizel cuando venga a pedirlo- Le dedique una sonrisa tierna y Salí para perderme por el pasillo.

No fue difícil salir de la academia, era algo casi instintivo. Me apreté contra las paredes y Salí por la entrada principal sin que nadie notara que una sombra se alejaba de la luz. Use el hueco entre las rejas del camino para evitar el candado y cuando estuve lo suficientemente lejos para sentirme segura cubrí mi cabeza con la caperuza de la capa.

No necesitaba la luz para guiarme a través de los arboles. El tiempo se había detenido alrededor de la academia hacía años que ni una hoja estaba fuera de su lugar. No tardaría mucho, 15 minutos ida y vuelta. Un ligero vistazo y listo.

No tarde en llegar al establo improvisado con ramas y heno, pero para mi decepción estaba justo como antes de irme. Los ciervos aun no habían regresado de su migración y por más que lo desear eso no los presionaría. Había entablado amistad con una manada de ciervos que pastaban en el bosque. En mi primer año en el instituto explorando el bosque encontré a una cría herida, la traje hasta aquí, la cuide y alimente. Cuando estuvo suficientemente fuerte se fue. Para mi sorpresa volvió el siguiente otoño con una pareja y dos pequeños. Pronto la familia de cuatro se convirtió en una manada de 12 y cada año volvían a visitarme. Pero tal vez este verano se extendió demasiado o simplemente no volverían. Así iba perdiendo todo poco a poco y no podía hacer nada.

Camine de regreso mucho más lentamente, no quería moverme. Pausadamente fui consciente de los ruidos que envolvían el bosque. Los crujidos de las ramas y el viento aullando. El bosque se escuchaba mucho más vivo que durante el día. Apreté el paso nerviosa y ansiosa de encontrarme en la seguridad de mi cama. Me arrepentía de haber ido sola hasta allí, al menos con Casey aquí podría controlarme un poco. El compas de mis pasos se dividió en dos ritmos distintos, mis pasos y un segundo juego de pies. Alguien estaba detrás de Mi Alguien me está siguiendo.

Corre.

Olvide el decoro y me deje arrastrar por el pánico mientras corría. Solo debía llegar hasta el enrejado, allí podría gritar y alguien me ayudaría. Pero cuando estaba a unos pasos no pude detenerme, me estruje contra el agujero de las rejas y antes de tener mi cuerpo seguro del otro lado un sonido me helo la sangre.

Un grito. Y no cualquier grito. El grito de una mujer.

Desgarrador y horripilante, el alarido rompió la calma de la noche perturbando a todos dentro del colegio. Pronto saldrían a ver que ocurría y no había llegado tan lejos para dejar que me atraparan. Saque mi cuerpo del enrejado y me escabullí por la entrada. Me quite la capa y la envolví sobre mi brazo. Camine apresuradamente por el pasillo que conducía a la cocina y me escondí allí unos minutos. Escuche el ir y venir de pasos y cuando sentí que no estría tan pálida a causa del susto Salí como quien toma un bocadillo antes de ir a dormir.

Nadie noto mi presencia y si lo hacían me ignoraba. No tenia caso seguir fingiendo. Me apresure a subir por las escaleras y a entrar a mi cuarto. Dawn soltó un grito de felicidad y Casey se me hecho en sima.

-Gracias a Dios estas bien-

-¿Qué ocurrió?-

- Es lo que quisiera saber-

-¿Fuiste tú quien grito?-

-No, ya estaba aquí cuando escuche el grito-

Ambas volvieron a mirarme como si el ojo hubiera vuelto. Realmente odio esto.

-Gizel- Susurro Dawn

-¿Qué?-

-Estuvo aquí- trataron de explicarme- estaba furiosa, le devolví el broche pero quería vengarse. Tenía unas tijeras. Se dio cuenta que no estabas y te siguió-

-Quería tomarte por sorpresa en la oscuridad-

-¿Quería apuñalarme?-

-No- dijo Dawn más pálida que yo misma- Tu cabello…-

-Me hubiera hecho un favor- bromee tratando de refrescar el ambiente.

La puerta se abrió de golpe haciéndonos brincar a las tres sobre la cama protegiéndonos una a las otras. La cara de la directora parecía desencajada, sus gafas colgaban de la punta de su nariz y sus labios estaban blancos.

-Gracias a Dios están todas aquí- soltó mirando en mi dirección. Se relajo y recobro la compostura tan aliviada que no noto que me había cambiado de ropa.

-Madame Lucil ¿Qué está pasando?-

-Nada niñas, no tienen por qué preocuparse-

-Alguien…-balbuceo Casey- alguien está herido-

-No lo creo señorita Lotton. Todo está perfectamen…-

-¡¡Madame Lucil!!- El llamado se escucho justo debajo de nuestra ventana hacia el vacio de la noche. La tenue luz de la lámpara de petróleo iluminaba el rostro del profesor Search mientras la sostenía y apuntaba al bulto que cargaba en el otro brazo. –Madame…-jadeo- la enfermería-

El escalofrió recorrió toda mi espina hasta los talones haciendo temblar mis rodillas. Me alce al frente para sostenerme del marco de la ventana cuando mis ojos se adaptaron a la oscuridad y daban forma al bulto en los brazos del señor Search. El cabello negro empapado en sudor y sangre no lograba ocultar el pálido rostro ni el brillante arañazo en carne viva que lo cruzaba de un lado al otro.