miércoles, 16 de julio de 2008

NO MAS

No hay más que decir… al menos nada que el pudiera decir. No había hablado mucho después de aquel día.

El día en el que se negó a ser parte de la ceremonia, pese a las incesantes peticiones de sus hermanas, prefirió no ser parte de ninguna conversación, escondiéndose en el rincón más alejado de la capilla , lejos de todo y de todos, con la esperanza –y rezando –por un poco de silencio.

Todo ese circo no le daba más que nauseas. La gente a su alrededor hablaba demasiado, personas que nunca había visto en su vida llorando y gimiendo como si realmente les importara, tratando de encontrar las palabras correctas y él solamente quiso que lo dejaran solo.

No existían ningunas palabras “correctas” para tal situación. No había más que decir.

Ella se fue. Y los patéticos intentos de sus amigos por consolarlo no la traerían de vuelta. Nada sería tan poderoso como para hacerlo, el lo sabia; pero, el silencio le ayudaba a fingir que el mundo alrededor no existía más. Y si él seguía haciéndolo durante mucho tiempo, sentía que casi podría oír su voz.

Él sabía perfectamente que no estaba bien engañarse así. Sabía que solo negaba la realidad. Pero en estos momentos eran todo lo que podía hacer para dejar ir el pasado. Hasta ahora, trataba de aplazar el momento cuando finalmente tendría que decir adiós. Él engañarse a si mismo era el único modo de evitar la locura, no dejar que dolor se apoderara de su mente. De hecho esa era su única salvación.…

~*~*~*~*

Estuvo de pie delante de la lápida, incapaz de encontrar el coraje para leer el nombre grabado sobre la piedra. Ya había estado allí muchas veces después del funeral - pero, nunca había sido lo bastante fuerte alcanzar su tumba. Mientras más se acercaba, más fuerte se hizo el dolor y el sentimiento de vacío en su interior.

Era consciente que si reunía el coraje para leer su nombre, no sería capaz de fingir más que ella estaba todavía a su lado.

Se forzó por sonreír. "Hola". Susurró, mientras su voz temblaba. Su cansado cuerpo no pudo más y allí, justo frente a ella, cayo arrodillado cerrando sus ojos para aguantar el llanto. Él no quiso llorar. Era la primera vez que vio su tumba. Y, aunque sabía que era estúpido, él no quiso que ella lo viera llorar.

…El era Ash Ketchum, después de todo. Él no sabía lo que era llorar.

Hola. " dijo otra vez, suavemente " Hola… estoy aquí … "
Él no esperaba ninguna respuesta, obviamente. Pero de todos modos guardo silencio y escucho, como lo hacía cuando solía estar solo. Bien, él estaba solo ahora. Y estaba allí por una razón.
…Decir adiós.

Incluso si era doloroso, incluso si esto dolió más que nada antes, tenía que tratar de olvidar su pasado. Y ahora, él tenía tantas cosas de decir.

Él le diría que la echó mucho de menos, le diría que aún esa mañana, tres meses después de su muerte, había despertado esperando… que al abrir sus ojos la encontraría dormida a su lado. Él podría decir tantas cosas. Pero solamente le diría, "lo siento”.

Lamento no haber estado allí cuando más me necesitabas.”

“Lamento haberte dejado sola.”

“Lamento haber sido tan ciego como para no verte antes”

“Lamento haber desperdiciado tantos años sin decirte lo que sentía, por ser un cobarde “

“Lo siento…”

Permaneció callado, incapaz de decir algo más sin romper en llanto. Suspiró y abrió sus ojos, ahora llenos de lágrimas. Y finalmente encontró el coraje para leer por primera vez la inscripción sobre la lápida.

Misty Waterflower 1990-2005
Querida Hermana y amiga.

Una lágrima solitaria resbalo de su mejilla sobre el sinnúmero de cartas con su nombre, apiladas contra la lapida. "Te extraño" le susurró, " siempre te extrañare… pero supongo tengo que seguir adelante, ¿correcto?” Permaneció en silencio, tal vez esperando una especie de respuesta. Entonces suspiró y se levantó otra vez, sintiendo un nudo en su garganta. Estuvo a punto de marcharse cuando algo lo freno. Durante un momento, solamente durante un momento, había estado seguro que alguien estaba de pie detrás de él, contemplándolo con una mirada dulce y dócil.

Y sintió que lágrimas llenaban sus ojos otra vez.

Permaneció estático, sin la fuerza para girarse. Sabía que no vería nada. Pero una aroma a lilas lleno sus pulmones y sintió su toque ligero sobre su rostro , con una caricia dulce que él nunca olvidaría.

Y Solo por un momento sintió que el llorar no estaría mal.
Y cuando abrió sus ojos, estaba solo otra vez…