miércoles, 13 de agosto de 2008

Entrelazados

El bar estaba inusualmente lleno esa noche. Aun no se explicaba cómo es que se permitió citar en un lugar tan bullicioso, sabiendo perfectamente que ahí les sería imposible hablar

–Eres una tonta Misty- se reprocho en la primera chispa de alegría de toda la noche –lo último que él quiere es hablar-

Sonrió burlándose de ella misma, mientras agitaba la bebida rosada sobre la barra. Esa clase de lugares la ponían automáticamente a la defensiva, y toda la calidez y espontaneidad que eran naturales en ella desaparecían en cuanto trasponía el umbral de entrada. Busco su bolso de mano a un lado de su asiento, saco el pequeño aparato y hecho un vistazo a la pantalla antes de regresarlo a su lugar. Resolló fastidiada por el volumen incómodamente alto de la música y de su inútil presencia en aquel lugar. Giro la cabeza a la pista de baile localizada a sus espalda, buscando entre la multitud la cabellera castaña de su acompañante. Había sido su mejor amiga quien la convenciera de aceptar ir aquel lugar para encontrarse y de paso divertirse, pero a la vista de sus animados pasos bajo las luces centellantes era ella la única que había alcanzado su objetivo. Se volvió a su bebida y vacio la mitad de la copa en sus labios.

Un brazo salió entre la muchedumbre ordenando una nueva ronda de alcohol cuando reparo en la hermosa pelirroja peligrosamente desentendida en la barra.
-Un trago para la dama- dijo apoyando los antebrazos sobre la barra, un hombre rubio y vestido al “top” de la moda.

-No gracias- rehusó ella asqueada por la forma en que la veía.

-Es de mala educación despreciar los presentes ¿O acaso temes que el alcohol se te suba a la
cabeza? –

-Tú sí que conoces a las mujeres- le dijo asiendo uso de toda su experiencia en el arte del sarcasmo.

-Que eso no te preocupe, hermosa- paso el brazos sobre los hombros de la joven- yo cuidare de
ti…en mi departamento.

Sin esperar a que el cantinero terminara de servir los tragos, tomo el que le correspondía y se lo dejo caer sobre sus bellos rizos dorados, en su camiseta Prada y en sus costosísimos zapatos Gucci. Harta de todo aquello tomo su bolso y abriéndose paso entre las parejas, camino por la pista de baile hasta donde su amiga se movía al ritmo de la música

-May, estoy a cansada- le grito al oído.

-¿Que dices Misty?-

-Que estoy muy cansada y quiero irme a casa-

-¿Ahora?-pregunto decepcionada, echando miradas furtivas al apuesto joven con que había pasado toda la noche

Asintió con la cabeza –tomare un taxi- agrego alegrando el semblante de su amiga, se despidió agitando la mano y se dirigió al vestíbulo del edificio.

Camino a la salida, Se llevo al oído su teléfono celular reprochándoselo después de escuchar la grabación “no tiene mensajes nuevos”. Maldijo su suerte y el dejarse convencer de todo aquello. Ya lo había determinado, su decisión era irrevocable y aquella reunión no tenía otro fin más que intentar hacerla tambalear. Las llamas constantes, los mensajes y los regalos no dejaron de llegar en los 4 meses anteriores pero ni el más bello poema o la joya más brillante podían borrar el dolor de una infidelidad.

Bajo los últimos peldaños al pasillo que la separaban de la calle rogando que hubiera un taxi disponible para llevarla a su hogar.

-Disculpe señorita…-
Estaba más confundido que nunca, jamás imagino cuanto hubiese cambiado la ciudad en el par de años que se alargo su usencia. Desconocía la nuevas vialidades que desahogaban las él trafica en una metrópolis que crecía de manera tan acelerada, ya no existían los puntos de referencia que usaba para ubicarse en el pasado y como colmo su garganta ardía por un buen trago que calmara sus nervios. Entro al primer lugar con fachada decente para buscar algo que apagara su antojo, pero el ruido excesivo lo obligo a beber y retirarse. Completamente agotado por el largo viaje no deseaba más que llegar al hotel y poder dormir toda la noche, pero la llamada de un viejo amigo lo alcanzo justo cuando cruzaba el vestíbulo exigiéndole cumplir la promesa de ir a visitarlo. Intento comprender sus indicaciones pero desconocía cada calle que él le mencionaba y sin proponérselo sus ojos se distrajeron siguiendo la figura delgada y bien contorneada, envuelta en un ajustado vestido azul que paso a su lado.

-Disculpe señorita- repitió tapando la bocina de auricular del teléfono- Seria mucha molestia si me diera algunas indicaciones-

No se sentía de humor para jugar a la buena samaritana pero aquel pobre hombre no tenía la culpa, sin embargo tendría que conformarse con la limitada amabilidad que le restaba -¿Qué lugar busca?-

-La avenida Camino Dorado -

-Es fácil llegar allí- contesto mientras le entregaban su chaqueta del guardarropa y se la ponía, sin prestar demasiada atención al hombre a quien se dirigía –baja por la calle principal 3 cuadras y toma al norte por el bulevar Carmín. Conduzca hasta toparse con ella.-

-Muchas gracias- le agradeció sin apartar la atención del hombre que le gritaba por el celular.
Fue un encuentro fortuito, sin relevancia o continuidad alguna, el encuentro de dos desconocidos que coincidían en un momento y lugar preciso pero el destino da muchas vueltas y Dios no deja jamás nada al azar, obra por así decirlo “de maneras misteriosas” y fue una frase la encargada de entrelazar los caminos de 2 amigos distantes.

-Deja de decir que me pierdo en un camino que conduce en línea recta, Brock-
Aquel reclamo voló hasta los oídos de la joven a un paso de irse y el nombre de su amigo de anios despertó s entera curiosidad por quien lo habría nombrado. Volvió su mirada al hombre que acababa de socorrer, notando lo familiar que ahora le sonaba su voz.

Alborotado Cabello color negro, tez bronceada y rasgos fuertemente definidos, nariz respingada y ojos almendrados, solo su altura distaba del recuerdo que aun rondaba su memoria, la imagen mental de pequeño niño de 10 anos, pero por supuesto no se conservaría así por siempre.

-Ash- dijo sin medir el tono de su voz, se sentía tan tonta por no reconocerlo aun más que por marcharse sin la mínima intención de mirarlo.

Volteo instintivamente al escuchar su nombre, reencontradose con la bella joven que acaba de ayudarlo y que ahora lo miraba de manera extraña. Sin pensarlo examino más minuciosamente cada detalle en ella, desde los brillantes cabellos rojizos que le caían sobre los hombros, hasta los ojos zafiro que lo miraban por debajo de largas y espesas pestañas y cejas suavemente arqueadas. La curva hermosa de las mejillas, la nariz pequeña, la piel tersa empezaron a teñirse de un ligero rubor mientras él seguía inspeccionándola. Entonces una idea cruzo su mente como un relámpago y le trajo a él la identidad de esa dama.

-M-Misty- dijo en un respingo de total asombro- ¿eres tú?

Ella asentó sutilmente, sin saber qué hacer. Por un momento pareció animarse a darle un abrazo por estaba demasiado avergonzada para hacerlo y un saludo de manos le sería imposible siendo que aun continuaba en la llamada

-Ash, Ash ¿Sigues Allí?- Sonó la voz del criador desde el aparato y agobiado por lo que pasada, levanto un dedo pidiéndole que aguardara un momento para colgar.

-saldré…saldré un momento-
Se apresuro a la salida esperando que el aire fresco de la noche le ayudara apaciguar a su ritmo cardiaco y la hermosa sensación que estaba invadiéndola. Era el, realmente Era él, después de tanto tiempo volvía a verlo y justamente en aquel apartado bar. Sintió como la tibia sensación bajaba de su rostro hasta su pecho, reviviendo sentimientos olvidados en lo más profundo de su corazón.

Pero su estomago di un vuelco al ver que un conocido convertible blanco pasaba a toda velocidad la luz roja de la esquina y doblaba para entrar en el estacionamiento, haciendo chirriar los frenos frente a ella.

-Perdón por llegar tarde. Por favor no te vayas- apago el motor y de un hábil salto bajo del auto y se acerco a ella ofreciéndole un hermoso y fragante ramo de rosas rojas. Verlo le provoco una ansiedad tan intensa que le produjo dolor y unas increíbles ganas de salir huyendo.

-Guárdaselas a tu próxima víctima Gary. Es muy tarde. –

-Vamos Misty, no me tortures así, dame 5 minutos en un lugar tranquilo-

-Te di más de un año -

-No me hagas pasar un mal momento por llegar tarde por favor-

Levanto su mano y se la mostro -Tres horas-

-Y aun no te habías ido, eso debe significar algo- Maldijo el momento de no haberse ido mucho antes. El carmín volvió a teñir sus mejillas a medida que el castaño se acercaba sin darse cuenta de que el creciente rubor de ella era producto de una profunda irritación.

-No pudo irse porque yo tengo las llaves del auto-

-¿Ash?-el verlo salir del establecimiento fue tan impactante que no pudo evitar retroceder.

-¿Por qué te sorprendes? Cariño no le dijiste a Gary que vendría a verte- la abrazo por la cintura desde atrás y apoyo su mentón en el pálido hombro sin apartar la mirada del sorprendido dueño del convertible.

-¿Ustedes Salen?-

-Claro que si, ¿Dónde has vivido Gary? Hemos salido por ¿Cuánto tiempo querida?- No supo que decir, la actuación de Ash la tomaba por sorpresa pero le daba la coartada perfecta para mantener a Gary a raya.

-Tres…Tres Meses- reacciono después del suave apretón de Ash para despabilarla- de hecho, por eso estamos festejando aquí-contesto uniendo su mejilla a la de el.

-¿Y que yo te pidiera verte aquí fue coincidencia?- la idea de verlos juntos no lo convencía mucho

-Dos pájaros de un tiro Gary – Dijo uniéndola más a él- nosotros vinimos a celebrar y decirte que La dejes en paz- su tono de voz sonó tan honesto y real que Misty no dudo que irritara de sobremanera a Gary que no se molestaba en ocultarlo.

-¿Y si no quiero?-

-Es tu problema- le dijo indiferentemente aumentando mas su rabia. En cuanto a Misty, le fascinaba ver rabiar a Gary, que probara un poco de su propia medicina pero la próxima acción de Ash la tomo desprevenida por completo. De un movimiento certero y sutil tomo sus piernas y sostuvo su espalda en el aire, la levantó del suelo con la gracia de quien lleva una preciada carga. –Nosotros no vamos a festejar en un lugar más…privado- El broche de oro para un actuación extraordinaria. Pensó ella -y con un añadido muy especial-.

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-¿Qué rayos fue todo eso?-

-Eso debería preguntarte yo a ti… ¿Salías con Gary? –

Se encogió un poco en el enorme asiento del copiloto del auto deportivo, jamás lo había meditado en verdad pero no era de sorprenderse que a su amigo no le agradara verla con su antiguo rival –Uno no escoge de quien se enamora Ash-

-Pero de Gary, además…- lo pensó un segundo- ¿Qué te hizo para que te molestaras tanto con el? -

-Nada de lo que no sería capaz cualquier hombre- se encogió un poco más y se abrazo así misma tratando de calmar la punzada de dolor que aun sentía al pensar en el tema. Aparto la vista de la ventana para mirar a su viejo amigo y dedicarle una inocente sonrisa –Te lo contare en otra ocasión-.

Respondió a la dulce sonrisa con otra igual, jamás hubiera imaginado hasta donde lo hubiera llevado la casualidad, pero sin duda se lo agradecía.

Aparco en la entrada de un bello jardín, la casa no parecía muy grande pero sin duda era apacible y por dentro –adivino- sería muy acogedora. Ella abrió la puerta sin darle oportunidad siquiera de apagar el motor, era muy tarde y después de todo tal vez lo único que deseara era irse a dormir.

-¿Cuánto tiempo estarás en la ciudad?- le pregunto a través de la ventanilla abierta del coche mientras acomodaba su cabello detrás de su oreja, tratando de controlar los enormes nervios que la hacían temblar

-Algunos días, tal vez una semana, ¿sería mucho problema si me dieras tu número telefónico?…por si necesitara mas indicaciones

Se apresuro a rebuscar en su bolso mientras deba vuelta al inmóvil automóvil rojo. Tomo la mano que el chico usaba para conducir y en ella apunto números con un tenue pinta labios rosado. Le hecho un rápido vistazo al cambio de los años sobre el rostro del chico y antes de que este se diera cuenta que volvía a sonrojarse se alejo para entrar a su hogar.

-Buenas noches Ash- Le grito desde el umbral de la antes de ver el automóvil desaparecer en las brumas de la oscuridad.
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Malisimo verdad? lo siento pero fue lo unico que se me ocurrio, es una idea que traia desde hace tiempo y tenia que sacarla pero les prometo que sera un historia corta, de 2 o 3 capitulos maximo.
Estoy revuscando entre mis archivos de ideas a desarrollar para encontrar los obsequios de los cumples... por que teniamos que cumplir seguidos?